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Manuel Blanco Carballude: "Antes se acordaban las cosas en las tertulias a la salida de misa"

"Agradezco mucho el homenaje, pero pienso que no había necesidad de algo así; en mi familia piensan que es excesivo"

Manuel Blanco, en su casa de Cercio. // Bernabé/Gutier

Los vecinos de Cercio rinden un merecido homenaje este domingo a uno de sus vecinos más insignes. Una misa solemne, varios conciertos y una comida de confraternidad completarán el programa del día en el que esta parroquia lalinense reconoce la labor durante toda su vida de Manuel Blanco Carballude, alcalde pedáneo y reconocido matarife del lugar.

-¿Qué le parece el homenaje que le organizaron sus vecinos?

-Se lo agradezco mucho, pero creo que no había necesidad de hacer algo así. En mi familia se alegraron todos mucho cuando supieron que iba a ser, y les sorprendió bastante. En casa también piensan que es algo excesivo.

-¿Será capaz de controlarse y no emocionarse este domingo?

-Espero no tener que emocionarme porque son muchos años los que dediqué a la parroquia. Pienso que podré controlarme porque conozco muy bien a mis vecinos de toda la vida.

-De todo lo que hizo en su vida por Cercio, ¿qué fue de lo que más se siente orgulloso hoy en día?

-Si tengo que ser sincero, todo lo que hicimos me gustaron. Se hizo mucho tanto en obras como en cultura. Recuerdo con cariño cuando hicimos en los años 80 la carroza para San Isidro. De esa forma paseamos al santo por las calles de Lalín. La mayor parte de la parroquia echó una mano para construir una carroza que gustó a todo el mundo cuando la vieron. Tengo que decir que nos sólo el que miró por Cercio, hubo mucha gente en todos estos años que puso en marcha iniciativas muy buenas para la parroquia, como formar el primer teleclub del concello.

-¿Qué distingue a Cercio de otras parroquias de Lalín?

-Sin duda la unión que siempre hubo entre todos los vecinos. De todas formas, últimamente la gente ya no habla tanto unos con otros. Antes a la salida de misa siempre se montaban unas buenas tertulias entre los que iban. La misa era un centro de reunión semanal y en ella tanto antes como después siempre había tertulias por parte de la gente donde se acordaba de hacer obras y actividades culturales diferentes.

-¿Le gustó meterse en política para ayudar a sus paisanos?

-La verdad es que nunca fui un convencido de la política, aunque es cierto que tengo mis ideas, como le pasa a todo el mundo. Recuerdo que Cuiña me quiso hacer concejal durante su segunda legislatura, pero yo entonces tenía un compromiso con otra persona que no tenía pensado romper. Soy de la idea de que cuando uno da su palabra tiene que cumplirla, y eso fue lo que hice en ese momento. Después me animé a ir con Crespo en las listas del PP.

-¿De quién se acordará el sábado durante el homenaje?

-De todos los que me ayudaron a hacer cosas y mejoras por mi parroquia, que fueron muchos.

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