Cualquier viandante tendrá el saludo preparado cuando pase a su lado. Y es que la pareja está auténtica. Con un sombrero para proteger sus cabezas del sol, reposan plácidamente en torno a mesa y mantel. Él disfruta de una cerveza bien fresquita -aunque vacía- y ella le muestra sus artes para la jardinería. Juntos, conforman un tándem perfecto para cumplir con el cometido que les encargó su creadora: espantar a todo pájaro que se acerque a su huerta y su jardín. A mayores, no pueden evitar arrancar, de paso, la sonrisa de quienes pasean cerca de esta vivienda de Ventoxo, en el Concello de Forcarei.

María del Carmen Pereira disfruta cada verano elaborando el espantapájaros que tendrá que cuidar de su cosecha. Aprovecha caretas utilizadas en algún momento y se las ingenia para darle al personaje en cuestión una escenografía apropiada. En esta ocasión su obra le ha exigido más tiempo del habitual. Y es que, además de los muñecos que se encargan de simular la presencia humana para espantar a los pájaros, esta forcaricense les ha montado todo un salón. Para colocar la mesa que comparte la pareja dispuso incluso una tela antihierba, decorando el ambiente con diversas plantas y flores.

Mari Carmen se declara consciente de que, por mucho que se afane en idear un espantapájaros diferente cada año, la aves terminarán llegando igualmente a sus plantíos. Sin embargo, esta forcaricense tiene asegurada la visita de vecinos y curiosos para ver cómo innova y se supera cada temporada en sus composiciones.