-Son juicios mediáticos los de cargos públicos socialmente trascendentes pero también los de algunos artistas, personas populares... Hay un conflicto de derechos constitucionales. El periodista tiene el derecho, la libertad y la obligación de la libertad de información, de expresión, para trasladarle lo que ocurre al ciudadano. Es su derecho y su obligación. Pero entran en conflicto otros derechos: el derecho a un juicio justo, a la presunción de inocencia, al honor, a la intimidad y a la propia imagen, que pueden ser vulnerado con esos juicios paralelos. Los medios de comunicación deben encontrar la manera de informar sin limitar esos derechos de los inculpados; que no haya una especie de doble juicio (uno por parte de la prensa en el que quizá se adelantan incluso a las conclusiones). Evidentemente no se debe conseguir que no se informe. Naturalmente que hay que informar. Pero sin perjudicar esos derechos. Es un equilibrio complicadísimo. Cada país intenta solucionarlo de alguna forma. Aquí no está solucionado. Hay que acudir a la transparencia sobre todo. Ls jueces de tribunales también tenemos que hacer autocrítica. Se debería informar de lo que se debe conocer en la sociedad, trasladarlo por medio de los gabinetes de prensa. Ya se está haciendo por los tribunales superiores de Justicia con una labor magnífica. El Consejo General del Poder Judicial lo hace así también. Con transparencia, facilitando las noticias y lo que existe en realidad a los medios de comunicación seguramente se evitarían o, por lo menos, disminuiría la densidad de los juicios paralelos. Es importante. Son derechos en conflicto que hay que intentar solucionar. No siempre se puede y cada país lo resuelve de una manera diferente.