El festival indicaba en su cartel de este año que contarían con diferentes servicios. El más exitoso de este año fue la pulpería, con una cola que llegaba a mitad del campo de la fiesta, según confirman desde la asociación organizadora. Respecto a la zona de acampada, Regatos reconoce que, aunque hay una parte tras el escenario acondicionada para que el público se anime a instalar sus tiendas, al final son pocos los que se animan a hacer uso de este servicio. También indican que muchos asistentes prefieren quedarse en el monte o en los sitios más "insospechados". Finalmente, hubo cerca de media de docena de puestos de artesanía que expusieron sus productos en el campo de la fiesta de Callobre. Aunque contaban con el doble de asistentes, la valoración de ventas fue muy buena.