La sostenibilidad del sistema de pensiones y los servicios públicos es objeto de permanente debate. Para el sostén del estado del bienestar es preciso que el Estado se abastezca de fondos de las cotizaciones a la Seguridad Social de los trabajadores y la caída de afiliación de los últimos años, también en las comarcas, obliga a la administración pública a detraer recursos para garantizar el pago de las pensiones y otras prestaciones sociales. La caída de la economía y una población envejecida conllevan que el equilibrio entre activos y jubilados se ajuste en exceso en Deza y Tabeirós, donde cuatro de los nueve concellos tienen ya más pensionistas que cotizantes a la Seguridad Social. Esta situación se da en las localidades dezanas de Agolada y Rodeiro y en las dos de Terra de Montes: Forcarei y Cerdedo.
En una zona en la que el promedio de cotizantes por pensionistas está en 1,2 -frente a los 1,5 de la provincia- el censo de personas que pagan impuestos por su actividad laboral solamente es superior en apenas 4.000 casos de los que tienen derecho a una prestación pública. En el último dato divulgado por la Xunta, referido al año pasado, en Deza y Tabeirós se contabilizaban 23.286 afiliaciones a la Seguridad Social y los pensionistas eran 19.290. Cabe recordar que el dato de cotizantes se toma de los registros de activos empadronados en cada localidad y no en función de donde trababan, para que el balance sea idéntico al de pensionistas.
Atendiendo a estos balances públicos, los dos concellos dezanos son poco alentadores. En el caso de Agolada hay 135 pensionistas que cotizantes y el desglose es de 946 frente a 811 respectivamente. La diferencia en Rodeiro es mucho menor, una vez que los vecinos que perciben algún tipo de renta social suman 1.017 y los activos son 1.001.
Cerdedo es el territorio donde el desequilibrio es más notable, al constarse que existen 627 pensionistas, mientras que solo 465 vecinos pagan el IRPF al Estado cada mes con su nómina. Si hablamos de Forcarei la diferencia es negativa en 414 personas; es decir, existen 1.061 cotizantes y 1.474 pensionistas.
En los demás ayuntamientos la situación es a la inversa. Lalín es claramente donde el censo de afiliaciones supera con creces el número de los que han dejado de trabajar y perciben una renta por jubilación u otras de tipo social. La capital dezana suma 7.106 cotizantes y 4.888 pensionistas, con lo que la diferencia es de 2.218 a favor de los contribuyentes. La comparativa en A Estrada es de 7.153 y 5.723 respectivamente. En Silleda hay 900 afiliados a la Seguridad más que pensionistas y el desglose es de 3.328 frente a 2.428. En Vila de Cruces la proporción es de 1.909 y 1.790. En Dozón también constan menos pensionistas que activos y el reparto es de 452 y 396 respectivamente.
Si atendemos al último balance de cotizantes, del primer trimestre del año, este censo solo aumentó en un año en Lalín, Silleda y A Estrada. En ese período el registro de trabajadores activos había crecido solo en 261 personas. Tanto Lalín como A Estrada rebasan las 7.000 afiliaciones tras crecer en doce meses en 202 y 136 casos, y otros 49 a mayores en Silleda. Vila de Cruces perdió 8 cotizantes y Rodeiro y Agolada, 26 y 36 respectivamente. En Dozón hay 25 trabajadores activos menos, mientras que las dos localidades de Terra de Montes también presentan un balance negativo de cotizantes. Son 11 y una veintena en cada caso.
