-Hábleme de su nuevo proyecto emprendedor. ¿Cómo se le ocurrió montar un restaurante?
-Tenemos pensado empezar el próximo 1 de julio. Se va a llamar Porta do Sol de Lamela, y va a estar muy cerca de donde estamos nosotros. Compramos un edificio que estaba prácticamente en ruinas, que en su momento llegó a ser un edificio emblemático del pueblo, que ya se llamaba Porto do Sol de Lamela, y era un ultramarinos muy conocido por todos los vecinos porque incluso llegó a tener un par de hornos. Allí paraba todo el mundo, donde la gente amarraba los caballos. Era un alto en el camino para mucha gente. Si no recuerdo mal, el local se vendió tres veces y, después, nos lo revendieron a nosotros por cuarta vez. Lo compramos barato, pero la inversión fue muy grande porque sólo se le aprovecharon las paredes.
-¿Qué tipo de restaurante quiere poner en marcha en Lamela?
-Va a ser un restaurante de comida tradicional, pero con una presentación vanguardista y más elaborada. Será alta cocina, pero en comida tradicional de toda la vida. Se trata de que la gente coma bien, pero con una presentación más de acorde con los tiempos que corren. Francisco Formoso será el profesional que se encargue de llevarlo, y en el que tenemos puestas muchas esperanzas.
-¿Será una fuerte competencia con su amigo de El Gaucho?
-En absoluto. Yo creo que Lamela con esto va a ganar mucho. Vamos a traer gente de todas partes tanto ellos como nosotros, así que no creo que sea competencia. Como decimos en nuestro lema, Lamela brinda un establecimiento de buen comer. Date cuenta de que es un local generoso, para unas 50 o 60 personas, y también tiene la posibilidad de organizar eventos y comedores privados. En un futuro también tenemos previsto montar una carpa que iría en una finca que está en la parte de atrás del restaurante. Ya digo, estamos muy ilusionados con esta nueva aventura en la que queremos ofrecer algo muy profesional.
