"Es muy complicado dar una cifra de asistencia, pero sí puedo afirmar que fue la edición más multitudinaria de todas". Así de contundente se mostraba ayer el rector del santuario de O Corpiño, José Criado, cuando se le pidió una cifra aproximada de asistentes al día grande de la romería mariana más popular de Lalín. Desde luego, miles de personas se pasaron ayer por el recinto para cumplimentar con la tradición de acompañar a la Virgen en su jornada más señalada y, por supuesto, pasar por debajo de su anda durante la procesión que siguió a la misa solemne. Por si fuera poco, este año no hubo ningún incidente en lo que respecta a robos o desaparición de pertenencias entre los presentes.

La expectación fue grande desde primera hora de la mañana, cuando autobuses procedentes de las cuatro provincias gallegas hicieron su entrada en el aparcamiento habilitado para ellos en las inmediaciones del santuario. Conforme se acercaba la hora de la misa solemne del mediodía, el número de feligreses fue en aumento tanto en los puestos de venta de exvotos como en las dependencias habilitadas para las confesiones. El obispo de Lugo, Alfonso Carrasco Rouco, fue el encargado de presidir la celebración de la eucaristía más esperada del día, que dejó pequeño el templo. La megafonía hizo posible que la ingente cantidad de devotos que se quedaron sin poder acceder al santuario pudieran seguir el oficio religioso desde el exterior. Carrasco estuvo acompañado en la celebración de la misa por José Criado; José Pérez, párroco de Silleda; José Espiño, párroco de A Bandeira; Benedicto Iglesias, párroco de Breixa; Eliseo Sanmartín, párroco de Vilatuxe; Elías García, párroco de Santiso; José Penido, párroco de Bendoiro; y Luis Galego, párroco de Ponte.

Estreno

La misa solemne de ayer en O Corpiño sirvió para la puesta de largo del himno compuesto por el compositor de Villareal, Vicente Gimeno Estornell, en honor a la Virgen. El coro parroquial fue el encargado de interpretarlo varias veces durante la celebración religiosa, en especial en el momento de la Comunión. La esperada procesión tuvo lugar al término de la eucaristía, con la presencia de miles de feligreses que formaron una enorme cola en los exteriores del templo para poder pasar por debajo del anda de la Virgen. Efectivos de la Guardia Civil, Policía Local de Lalín y de la comisión de fiestas pugnaron con los más impetuosos para que fila permitiese una procesión fluida bajo un sol que tímidamente hacía acto de presencia sobre Losón. La Banda de Vilatuxe fue la encargada de acompañar a una comitiva que finalizó en la entrada del templo con dos eventos unidos desde hace un par de años a esta celebración. Por un lado, la interpretación de varias piezas de baile regional a cargo del grupo Colexiata do Sar y, por último, la despedida de la Virgen llevada a cabo por todos los presentes alzando al cielo sus pañuelos, un gesto que gustó mucho el año pasado durante su estreno y que ha pasado a ser el broche de oro a la cita mariana.

Pero, la romería de O Corpiño no sólo se alimenta de fervor religioso. Los feligreses procedentes de lugares como Cambados, Pontecesures, Noia o Coristanco, entre otros muchos puntos de la geografía gallega, no perdonan una ración de pulpo o de churrasco en los numerosos puestos ambulantes que se colocan en las inmediaciones del templo. Además, este año, una de las grandes novedades fue la presencia de la caseta informativa colocada por la Concejalía de Turismo de Lalín para promocionar el municipio entre los asistentes. Los folletos informativos se fueron acabando a medida que los curiosos preguntaron por las opciones turísticas de la cabecera comarcal dezana. Las gafas en tres dimensiones con las que se pueden contemplar algunos de los lugares más emblemáticos de Lalín fueron las más demandadas por un público que se divirtió echándole un vistazo a unas imágenes impactantes.

Por otro lado, si en otros años la presencia de los políticos de la zona era algo notorio en el día grande de la romería de O Corpiño, ayer ninguno de los actores de la política local o comarcal se dejaron ver por el santuario mariano. Llama la atención que, por ejemplo, el alcalde de Lalín, Rafael Cuiña, no hiciera acto de presencia en la misa solemne del mediodía después de haber estado el día anterior en esa misma celebración religiosa en compañía del concejal Miguel Medela. Tampoco se vio a ningún miembro de la oposición lalinense, excepción hecha de la edil Eva Montoto, que estuvo ayudando a los miembros de la comisión de fiestas, de la que es integrante.

Finalizados los eventos religiosos, muchos de los devotos optaron ayer por quedarse a comer en cualquiera de los numerosos puestos de comida repartidos por el lugar. Como viene siendo habitual en esta romería, la sesión vespertina tuvo un carácter más relajado entre los numerosos romeros. La Banda de Vilatuxe fue la encargada de cerrar el programa de la jornada con un concierto en el palco de la música de la parroquia, al que asistió mucho público. Con la llegada de la noche, los autobuses y los automóviles particulares en los que se desplazaron los devotos de la Virgen de O Corpiño emprendieron viaje de regreso a sus respectivos lugares aguardando ya por la edición del año que viene.