La falta de agua obligó ayer a que el cántaro volviese a la fuente. Muchos vecinos optaron por este recurso, próximo y barato, para surtirse del apreciado bien tras comprobar que se dilataba el corte en el abastecimiento.
Botellas y garrafas se convirtieron en aliados para regresar a casa con agua suficiente para hacer la comida, beber o asearse, además de para abastecer las cisternas.
Fuentes próximas al casco urbano como la existente en la parroquia de Guimarei fueron un lugar concurrido por ciudadanos deseosos de buscar una alternativa al corte en el suministro, después de que muchos se encontrasen con las estanterías vacías al tratar de llevarse a casa una garrafa en el supermercado.
Otros vecinos hicieron uso de viviendas en el ámbito rural para aprovisionarse de agua para su hogar en la villa. Esta opción sirvió también para quien prefirió hacer un desvío y un alto en el camino para poder llegar duchado al trabajo.
La recuperación progresiva del abastecimiento pasadas las 14.00 horas permitió normalizar la situación para la tarde. A algunos esta recuperación les permitió aun preparar el almuerzo, si bien otros se decantaron por opciones poco elaboradas o por salir a comer fuera para salvar la situación y poder continuar la jornada.
