Ni Naranjito ni Barrio Sésamo ni Zipi y Zape se perdieron la divertida fiesta de reencuentro de la promoción de exalumnos del Pérez Viondi que justo ahora, en junio, hace 25 años que dejaron el centro tras culminar sus estudios de octavo. Un total de 41 exestudiantes de las tres clases de entonces -A, B y C- y tres docentes (Manuel Somoza, Manuel Soutelo y el otrora director del centro, Antonio Veloso) se dieron cita en la noche del sábado en el restaurante Samaná de A Estrada en una fiesta temática inspirada en los 80 en la que no faltó detalle.
Los siete organizadores -Silvia Loureiro, Paula García, Geni Goldar, Antonio Neira, Javier González, Martín Fernández y Belén Meda- habían preparado para la ocasión una cuidada ambientación que contribuyó a refrescarles la memoria.
Para empezar, disfrutaron de una entrada triunfal al ritmo de la mítica melodía de Barrio Sésamo que les acercaba a un decorado lleno de recuerdos. El photocall era una carta de ajuste, en un panel pegaron personajes como Naranjito, una foto de la época y portadas de míticas revistas de entonces como Superpop y Teleindiscreta. Un globo terráqueo, un parchís, un hulahoop, tebeos de Zipi y Zape y hasta los libros de octavo suscitaron recuerdos y sonrisas de complicidad entre los asistentes.
Algunos hacía un cuarto de siglo que no se veían porque, tras octavo, se fueron a estudiar fuera y no habían tenido oportunidad de volver a reencontrarse con muchos de sus excompañeros. Algunas caras le fueron fácilmente reconocibles pero otras en otro lugar les hubieran pasado desapercibidas.
También para los profesores fue emotivo. Se sorprendieron con anécdotas de sus exalumnos, que les recordaban qué frases solían decir en clase. Para todos fue una sorpresa "muy, muy agradable".
En una mesa, los organizadores habían dispuesto un buen número de bocadillos evocadores de las frases que más solían utilizar o temían en los ochenta: "efectiviwonder", "me encanta que los planes salgan bien", "los Reyes son los padres" o "control sorpresa". Un palote y un chupachups junto a cada cubierto les recordaron los sabores que más les gustaban entonces.
Hasta el pinchadiscos se ajustó a las exigencias del guión. Pinchó música que triunfaba entonces. El buen ambiente y las ganas de fiesta de los asistentes hicieron el resto. La fiesta se prolongó hasta altas horas de la madrugada. Se despidieron prometiendo volver a verse sin dejar que antes pasen otros 25 años. Entonces, como el sábado, volverán a estar en su boca frases míticas como "yo fui a EGB" o "crecí en los 80 y sobreviví".
