Para que un producto obtenga el certificado de cultivo ecológico en Asturias solo se precisan dos años, mientras que en Extremadura hay que esperar siete, por las condiciones climatológicas más adversas que tiene esta comunidad. Es una de las dificultades con las que se encuentra el Pimentón La Ristra, de la empresa Ristras de la Vera, en la localidad cacereña de Jaraiz de la Vera. El dueño de la firma, Fernando Jiménez, inició este proyecto de expansión de la empresa familiar hace dos años, apoyado en la tradición artesanal a la hora de elaborar un producto que no se encuentra en los lineales de los supermercados, como cualquier otro pimentón, "porque queremos posicionarnos y dar un trato personalizado al cliente". ¿Qué diferencia a Pimentón La Ristra de otras marcas? "Pues que hacemos un secado en leña de encina y en el caso del picante no usamos cayena, que es muy agresiva al paladar", explica Jiménez.

Este pimentón, en sus variedades dulce, agriculce y picante, ya cuenta con clientes gallegos en Monforte, Santiago, Vilagarcía y la Asociación de Pulpeiros de O Carballiño, lo que da una idea de hasta qué punto tiene calidad. Su producción anual es de unas 30 toneladas y en el fin de semana que acaba de arrancar estará presente en la Semana Verde y en otras seis ferias.

Y, frente a esta manera tradicional de moler pimiento rojo para su uso como condimento en la cocina, a escasos metros de dicho stand se encuentra el puesto de la SAT A Pementeira, de Herbón (Padrón). Milagros González, la presidenta de la entidad, está inmersa en una campaña de merchandising del nuevo producto: la mermelada de pimiento, en su versión de dulce y picante. Las tostas que ofrecía el stand a los visitantes se agotaban cada dos por tres, tal era el éxito que tenían, "Es un producto muy novedoso, que por ahora solo está a la venta en tiendas de Padrón y Santiago", explica. Durante estos días, el equipo que coordina mantendrá encuentros con distribuidoras para ampliar su horizonte de mercado. Pero si el producto es novedad, la forma de hacerlo sigue las pautas de toda la vida: se muele el pimiento y se añade azúcar. Por ahora, están a la venta en torno a 1.000 botes,

Cetrería y avión de combate

Pero la Semana Verde va mucho más allá de Salimat. La Asociación Feiral celebró una comida en el Via Argentum con medio centenar de asistentes. Además de forma paralela a la cita ferial se celebran los salones de Turexpo y Festur, vinculados al turismo y las Fiestas de Interés Turístico, así como la Feira de Caza, Pesca e Natureza (Fecap), ésta en el pabellón 4. Con los stands con útiles para practicar estos deportes y las demostraciones de montaje de cucharillas conviven estos días la docena de aves rapaces de Rapiñas do Salnés, una iniciativa que pusieron en marcha hace 15 años el matrimonio que conforman Evaristo González y Ramona Portas. Un búho real siberiano y distintas variedades de lechuza, águilas de Harrys y halcones posan tranquilamente para las fotos. Estos animales fueron criados en cautividad y en su finca de Cambados disponen de terreno en el que vivir casi como si fuese en libertad. Sus dueños, además de alimentarlos con carne congelada, crían ratas, ratones y pollos para que no pierdan el instinto de cazar. Acuden a ferias, fiestas medievales y otros eventos en los que incluso se hacen demostraciones de vuelo. Gracias a esta afición, la pareja colabora en la continuidad de algunas especies que posiblemente hoy estarían ya extinguidas, vista la falta de caza menor en los montes gallegos. Tienen, entre la finca de Cambados y de Noia, 48 animales.

Y, hablando de caza, pero en términos bélicos, durante el fin de semana los que acudan a la feria podrán subirse en un caza, un Phantom de reconocimiento, idéntico al que en su momento quiso traer para Lalín el exalcalde José Crespo, y que ahora se encuentra en Torrejón de Ardoz. Es, sin duda, uno de los reclamos de la cita ferial para el fin de semana.