Los datos del paro del pasado mes de mayo en las comarcas mostraron una tendencia de contención del desempleo por tercer mes consecutivo y una tendencia generalizada acerca de la ansiada recuperación económica. Los niveles de paro, con 4.610 personas a la espera de una oportunidad laboral, suponen que éste caiga a niveles de 2010 y lejos quedan los años más duros de la crisis en los que en Deza y Tabeirós-Montes llegó a haber 6.300 vecinos inscritos en las oficinas del INEM. Pero este dato, aunque positivo, es en cierta medida engañoso. Efectivamente en los nueve municipios de la zona las listas de desempleados se han recortado considerablemente en estos seis años, hay casi 2.650 cotizantes a la Seguridad Social menos.
La relación entre el número de parados y de afiliados es fundamental para entender la posible recuperación económica, una vez que si positivo es que baje el censo de demandantes de empleo, no lo es menos el termómetro de los trabajadores activos que, con sus impuestos, contribuyen a mantener, por ejemplo, las prestaciones sociales. En unas comarcas con una población muy envejecida, hay concellos en los que ya hay más pensionistas que contribuyentes. Según los últimos datos de afiliación, en la zona hay 23.126 activos, de los que 14.533 corresponden a Deza y los demás 8.593 a la comarca vecina. Lejos quedan los años anteriores a la crisis en los que en las dos comarcas se contabilizan, como también en mayo de 2008, exactamente 28.100 cotizantes a la Seguridad Social. Desde entonces este censo no ha hecho más que descender y el mismo es referido a los empadronados en cada concello; es decir, también incluye a los vecinos de pleno derecho que tienen su puesto de trabajo fuera de su localidad. Desde hace ahora dos años la tendencia se ha revertido, con más cotizantes en las comarcas, pero gracias en esencia al empuje de Lalín y A Estrada. En algunos de los concellos menores esta mejoría no solo no se percibe, sino que su balance es peor. Con todo, y si comparamos las afiliaciones registradas en el primer trimestre del año pasado con las del actual existe un aumento de 241 activos, pasando de 22.885 a 23.126.
En lo que respecta a las cifras del paro, sí que se han rebajado considerablemente. Tomando como ejemplo la misma referencia; es decir, mayo de este año y el mismo mes del ejercicio anterior, en las dos comarcas hay 470 personas menos a la espera de acceder al mercado laboral. Pese a este escenario más propicio los 4.610 desempleados están lejos de los solo 2.506 que había en mayo de 2007. Un ejemplo de la relación entre parados y cotizantes es Lalín, donde hace años se marcaba como dato soportable un censo de 1.500 desocupados. Aunque el mes pasado se bajó ya hasta los 1.684, el desempleo sigue siendo -también en otros concellos de la zona- una de las principales preocupaciones de sus ciudadanos. El balance de desocupados es sin duda un alivio, pues atrás quedan los más de dos millares de personas sin trabajo que había en 2012 o 2013, pero también los 757 de 2005. La situación no es semejante en A Estrada, donde hay ahora 1.903 vecinos sin trabajo pues, aunque también baja considerablemente, solo en 2007 había bajado del millar de desocupados.
Otro problema de Deza y Tabeirós, común en Galicia, es el elevado índice de parados de larga duración. Casi la mitad del total lleva un año o más a la espera de una oportunidad laboral. En Lalín hay 703 personas en esta situación (46% de sus desempleados) y en A Estrada son 780 (47%). En Vila de Cruces, por ejemplo, el porcentaje se dispara hasta el 54%. Por otro lado, si los jóvenes lo tienen complicado para encontrar empleo, también los parados de mayor edad. El 35% de los desocupados de las comarcas rebasa los 50 años y son 1.628 vecinos. De ellos, 451 personas que buscan un trabajo actualmente tienen ya entre 60 y 64 años.
