Los dos municipios más poblados de la comarca dezana, Lalín y Silleda, desarrollarán durante este año sendas campañas para favorecer el empadronamiento. Son los únicos concellos que se resisten a perder habitantes, máxime cuando en los dos casos sus gobiernos entienden que en su territorio viven más personas de las que están censadas. En la capital dezana esta iniciativa fue puesta en marcha por el anterior ejecutivo y retomada por el actual, dando hasta la fecha los resultados esperados para que Lalín preservase la distinción de ayuntamiento de primera categoría. Pero la caída de los 20.000 empadronados atenaza a la localidad si la ansiada recuperación económica no llega, pues el descenso de la población no se puede atribuir solo a un saldo vegetativo negativo, sino al éxodo de lalinenses en busca de una oportunidad laboral fuera de sus fronteras.

En Silleda el gobierno presidido por Manuel Cuiña ya avanzó que esta campaña se activaría tras detectar que cerca de un millar de vecinos de hecho vivían en este concello. Una de las preocupaciones de este ejecutivo es el recorte de transferencias de otras administraciones públicas que conlleva un censo más corto cada año.