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Tras las huellas del pionero del arte rupestre

Nuevos petroglifos tras los pasos de Buhígas

Jorge Fernández suma nuevos hallazgos en Cequeril al buscar la estación perdida que referenció Sobrino Buhígas

Con ochenta años de distancia pero con la misma pasión que llevó al intelectual Ramón Sobrino Buhígas a referenciar las estaciones del arte rupestre emplazadas en montes de Cequeril (Cuntis) -de donde era natural su esposa-, el estradense Jorge Fernández Guerra acumula hallazgos arqueológicos en el vecino municipio. Seguir los pasos de quien fue todo un referente europeo en el arte rupestre -autor del Corpus Petroglyphorum Gallaeciae en 1935 además de integrante de la Sociedade Arqueolóxica de Pontevedra, de la Real Academia Galega y del Seminario de Estudos Galegos- le ha permitido localizar nuevos petroglifos.

Buen conocedor de los cuatro conjuntos de la Edad del Bronce más conocidos -Outeiro dos Campiños, Laxe dos Homes, Laxe dos Gatos y Outeiro do Galiñeiro- buscaba la quinta estación, Outeiro de Casal, descubierta por Buhígas pero dada por perdida hace ya muchos años. Tras seis visitas infructuosas, su perseverancia tuvo premio. Localizó en esa zona un nuevo petroglifo que a Buhígas le pasó desapercibido hace 30 años. Es una combinación de cuatro elementos circulares concéntricos de 20 centímetros de diámetro, con entre 2 y 3 círculos cada uno y radicados al lado de una pila de 50 centímetros de diámetro y 15 de profundidad contorneada por un rebaje circular además de un desagüe. Supone que fue utilizada para ritos o para elaborar alguna bebida. Dos cazoletas de 3 centímetros, una profunda marca longitudinal y otra en forma de circunflejo completan el conjunto.

Es el octavo petroglifo que Jorge Fernández -profesor de Cociña e Pastelería y miembro del colectivo estradense Codeseda Viva- ha descubierto en Cequeril en los dos últimos meses. Los otros son conjuntos de cazoletas, todas ellas sitas en el límite entre Cuntis y Campo Lameiro. Se pregunta si ello apunta a antiguas delimitaciones de territorios de caza o de posesiones. Estos hallazgos vienen a sumarse a las cinco estaciones de inscripciones pétreas -cruces, cazoletas, antropomorfos o cuadrangulares- diferentes a las ya conocidas que localizó en diciembre en Cequeril. En una de sus recientes visitas al monte, cuando ya se iba, la suerte -que sonríe a quien la busca- hizo que a la luz del atardecer viese una roca muy desgastada que sospecha que podría ser la que en su día referenció Buhígas en su obra. Está desgastada. Se pregunta si por a causa de la tiza con la que se señalaban los hallazgos en su día. Pero prefiere ser prudente. Hará una fotogrametría de la piedra para asegurarse de que está en lo cierto.

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