Ferradás realizó un sopero repaso sobre los principales puntos en los que detectó carencias de accesibilidad. El miembro de la asociación Working Wheels dijo que los problemas son comunes en las entradas al núcleo urbano; es decir en la periferia mediante la que se entra por la calle Ponte, las Avenidas Cuiña y Madrid, el campo de fútbol, la zona de Filgueira, Lalín de Arriba o Agruchave. Los inconvenientes son, en muchos casos comunes, pues estas áreas están comunicadas mediante rotondas en las que una persona con problemas de movilidad o que se desplace en silla de ruedas debe invadir la calzada para cruzar. La falta de tramos de aceras en algunas rúas de la periferia es otro de los inconvenientes que Ferradás hizo constar en este trabajo.

La intervención también incluye edificios y espacios públicos, así como medidas a implantar en locales para que si no cumplen a raja tabla con la normativa, al menos puedan facilitar la movilidad de muchas personas. Ferradás vio interesante que algunos negocios habilitasen rampas portátiles para permitir la entrada a personas con movilidad reducida, un grupo en el que entran muchos mayores de una sociedad como Lalín con un alto índice de envejecimiento. "La accesibilidad no debería ser un privilegio, sino un derecho", destacó. Las primeras autorizaciones a Fomento, Xunta o Diputación para intervenir en sus vías se hará ya la próxima semana.