El Concello de Silleda acaba de pedir a la Xunta los informes de inspección que se realizan semanalmente en el vertedero de inertes de Campomarzo, que acaba de recuperar actividad tras lograr la autorización ambiental integrada de la Consellería de Medio Ambiente. El alcalde, Manuel Cuiña, explicó esta cuestión a los vecinos de Pazos durante el encuentro que mantuvo ayer con los habitantes de la zona, dentro de la ronda de reuniones con las parroquias. Les explicó que, una vez que se analice qué residuos se están vertiendo, de qué manera y por qué, se comprobará si existe alguna irregularidad para tomar las medidas oportunas.

Con esta iniciativa, Silleda da respuesta a una demanda de los vecinos, que se quejan de que el viento arrastra materiales como plásticos o papeles hacia las fincas más próximas al vertedero. Hay que recordar que el Concello mantiene

No fue la única petición de los habitantes de Pazos. Los asistentes al encuentro de ayer también consideran necesaria la señalización de la Fervenza do Toxa, pues en algún lugar da pie a confusiones por parte de los visitantes. La concejala de Turismo, que también acudió a la reunión, explicó que el Concello ya elaboró un proyecto de señalización y accesibilidad que señalizará tanto la ruta de la Fervenza do Toxa como del monasterio de Carboeiro, desde los dos núcleos urbanos. Hay una solicitud de subvención para esta iniciativa.

Igual que hizo en el encuentro del pasado lunes en Xestoso, Cuiña -al que también acompañó el edil de Obras, Klaus Brey- informó a los presentes sobre la aprobación provisional del PXOM, la propuesta de traslado de las oficinas municipales a la Casa de Cultura, el centro de día o la campaña de empadronamiento.