Hace hoy un cuarto de siglo se inauguraba el auditorio de Lalín; un edificio acorde entonces con la profunda tradición musical de la capital dezana y de sus intérpretes, que hasta entonces carecían de una infraestructura adecuada para impartir las clases. En Círculo Musical había sido el embrión del nuevo conservatorio y los músicos dejaban años en los que la sede lalinense funcionaba como una filial del conservatorio de A Coruña. Las clases en un pequeño garaje situado enfrente al pabellón municipal y un bajo de la rúa Ponte daban paso a un inmueble en el que los que serían luego miembros del Padroado Cultural de Lalín apuntalaban las bases de una formación reglada que, en estos años, tantos intérpretes de primer nivel produjo. El fallecido Tuno Valdés fue, sin duda, uno de los máximos responsables de que este edificio fuese una realidad, en una época en la que José Crespo estaba ya en la alcaldía y Xosé Cuiña ostentaba la cartera de infraestructuras en la Xunta.
En aquel acto, que comenzó en el consistorio, estuvo presente el intelectual Xosé Filgueira Valverde, y a la platea del auditorio se subieron los músicos de una orquesta de cámara de Oporto, la Coral de Lalín y la del Liceo de Vilagarcía. Dirigidos por Fernando Vázquez Arias, esa tarde se estrenó la Cantata do Deza; una composición del lalinense Armando Vázquez que había musicado el primer director del conservatorio. Un año después, en formato casete, se editó una obra que incluía las piezas: Deza (alegretto), Trasdeza (andante), Agolada (allegro), Carbia (andante con moto), Camba (moderato) y Dozón (allego). La inauguración del esperado auditorio se convirtió en un acto social de notable dimensión, no solo por todos los vecinos que abarrotaron el edificio ese día, sino por todo lo que supondría en lo sucesivo para la formación musical y la cultura de Lalín. José Quintá recuerda que, con anterioridad y hasta que la Xunta incorporó al centro formativo dentro de los oficiales y profesionales, el alumnado recibía las clases en Lalín y después acudían hasta A Coruña a los exámenes. En esta colaboración tenía mucho que ver el compositor ponteareano Rogelio Groba, con quien el Círculo Musical de Lalín tenía una excelente relación.
La dirección del conservatorio, una vez que se fue Fernando Vázquez, fue retomada por el holandés Marcel Van Bree. Sus doce años al frente del centro formativo y como director de la banda coincidieron con el mayor crecimiento de la institución musical; tanto el conservatorio como la banda. Años después fue otro holandés, Bram Sniekers, el que fue nombrado director de un conservatorio que ahora coordina José Luis Taboada Areán y que tiene a Benxamín Otero como jefe de estudios.
El edificio principal, que celebra hoy un cuarto de siglo de vida, fue ampliado con la construcción del salón teatro. Por sus instalaciones pasaron millares de músicos y centenares de profesionales de distintas manifestaciones artísticas.
