Las cuentas de la patronal del año pasado se cerraron con un déficit de 5.054 euros. Al margen de los 230.000 euros que suponen todavía la hipoteca de la sede social, figura una deuda a corto plazo de 75.383 euros. Quedó pendiente de pago 25.000 euros a distintos acreedores, 13.200 a proveedores y casi 2.000 a otros acreedores. Pero en el balance, además, consta que están pendientes de liquidar 5.416 euros de remuneraciones y 4.321 de deudas contraídas con la Seguridad Social. Son nóminas pendientes de diciembre, que serán asumidas este año. Dentro de este balance negativo se computan los 7.263 euros de intereses de la hipoteca del año pasado y otros 9.657 de 2014. El pasivo corriente, al margen de las obligaciones por la compra de las instalaciones, alcanza los 100.346 euros.

En el capítulo de ingresos pendientes la anterior directiva hizo constar que hay casi 89.000 euros de subvenciones no ingresadas, las cuotas de socios supusieron 76.703 euros y bajo el epígrafe de otros deudores constan 8.544. En la tesorería había al término del año pasado 8.379 euros.

Las cuentas del año en curso se presentan con un superávit de 3.000 euros y una previsión de aumento de socios o de aplicar una subida a las cuotas, pues de los 76.000 euros recaudados en 2015 se pasa ahora a 80.000. Por servicios prestados se contemplan transferencias por importe de 15.000 euros y 75.000 en concepto de aportaciones de entidades públicas y privadas para dejar los ingresos totales en 170.000 euros. Los gastos, de 167.000, incluyen 50.000 euros en concepto de formación, 10.000 de la cuota hipotecaria, 15.000 para amortizaciones. Y como otros gastos se computa una partida de exactamente 27.000 euros.