El dinero que llegó a las arcas municipales en diez años -de 2004 a 2014- se triplicó. Cierto es que el número de recibos también se elevó en estos años, pero curiosamente en 2014 se pasaron al cobro 22.801, cuando en 2012 habían sido 31.825. Sí, por tanto, se puede establecer una comparativa tanto en la evolución de ingresos como en las cuantías medias de los recibos. Los ingresos, en este tiempo, pasaron de 1,6 millones de euros -la cuota líquida definitiva bajó a 1,1- a casi 4,3 millones. La diferencia es de más del 150%, lo que se traduce evidentemente en un mayor volumen de ingresos por este concepto. Aún tomando como referencia la cuota líquida -dinero que percibió al cierre de cada año sin contar transferencias pendientes de pago- la diferencia es muy representativa: exactamente 2,4 millones de euros más Otro dato a tener en cuenta es que deja el precio medio que pagó un contribuyente por sus bienes urbanos, pues pasó de 117 a 118 euros anuales. De hecho, en 2010 a Catastro le constaba que habían sido pasados al cobro 29.230 recibos y 22.801 dos años después. El IBI desfasado que han pagado los lalinenses en los últimos años quizá no se deba tanto al coeficiente que aplica el Concello como a los valores catastrales medios. Desde el comienzo de la crisis -2009- el valor medio de las propiedades urbanas se incrementó pese a la caída de los precios del mercado. La tasación media de una propiedad en la capital dezana está en 47.000 euros, más del doble que en A Estrada.