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Experiencia gala para el campo lalinense

Un joven de la región francesa de los Midi-Pyrénées hace prácticas en una granja de Palio

Roman Moulena posa junto a algunas de las vacas de la granja de Santalla. // Bernabé/Javier Lalín

Roman Moulena tiene 24 años y estudia en la escuela de formación de Bernussou, en Francia, donde se forma en capacitación agraria. Es uno de los 20 jóvenes seleccionados de unos 180 para realizar prácticas en explotaciones ganaderas de otros países. Durante un par de semanas, este chico del departamento de Lot, en la región de los Midi-Pyrénées, en el sudoeste del país galo, comparte casa y experiencia ganadera con la familia de Román Santalla, en Palio.

Su estancia en tierras dezanas les permite tanto al joven francés como a su familia de acogida intercambiar información sobre los sistemas de manejo ganadero que se utilizan en uno y otro país. Así, por ejemplo, Moulena explica que su explotación familiar en Lot dispone de nada menos que 280 vacas de ordeño, que pasan a ser 500 animales en total si se tienen en cuenta los terneros y los animales secos. "Dividimos a los animales en tres lotes diferentes, de modo que les facilitamos tres tipos de alimentación distinta", en función de su volumen de producción. "La ración de alimento concentrado [pienso] es mucho mayor para los animales que están produciendo leche. Completamos la nutrición con hierba seca, maíz o paja".

Hasta aquí, no existen diferencias entre la forma de alimentar una vaca dezana y una francesa. Es a la hora de hablar del pastoreo cuando uno se da cuenta de hasta qué punto el minifundismo y la ralentización de las parcelarias afecta al campo del centro geográfico gallego. "Tenemos unas 300 hectáreas de praderas alrededor del establo. En torno a la mitad son de nuestra propiedad, y en los últimos años hemos adquirido terreno", relata el joven. Cuentan, además, con otras 25 hectáreas dedicadas a producir hierba seca. Esta disponibilidad de base territorial contrasta con la escasez de tierra libre en la comarca y los resultados pobres que se obtuvieron con proyectos como el Bantegal. La técnica de pastoreo de esta explotación francesa varía según la estación: así, se pastorea durante el día en invierno y se completa la ración con pienso o cereales, mientras que en verano los animales pacen al caer la tarde o incluso de noche, para evitar el calor extremo. De media, cada vaca produce unos 9.600 litros al año.

Crisis de precios

Sin embargo, la granja familiar de Moulena no es ajena a la crisis de precios que se extiende por toda Europa. "Durante enero y febrero, la industria nos pagó la leche a 29 céntimos, pero llevamos un par de meses con un precio de 27. Es imposible cubrir gastos", afirma.

Roman Moulena tiene que formarse durante cinco ó seis años como técnico agrícola para control de leche en la escuela de capacitación agraria, y después pasará a controlar su explotación, en la que ahora mismo trabajan su padre y dos tíos. Para adquirir técnicas de explotaciones de otros países que puedan ayudarle a optimizar su granja el joven ha visitado otras latitudes además de Deza. Así, ha estado en Polonia, "donde te encuentras o granjas muy pequeñas o muy grandes" y en Cataluña. Sus planes para un futuro próximo pasan por irse a Canadá durante seis meses, ya por su cuenta.

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