Los voluntarios inscritos en el Centro Agrario de Silleda mantuvieron ayer un encuentro con el alcalde, Manuel Cuiña, el edil de Medio Rural, Jesús Taboada, y un representante de la empresa Quorum, responsable de este proyecto.

La continuidad de esta iniciativa pasa por dos fases: la primera de ellas será la plantación de los primeros cultivos y se acometerá en cuando lo permitan las condiciones meteorológicas. Los voluntarios emprendedores que trabajarán en fincas propias ya están acondicionando éstas en la medida en que pueden, debido a la intensidad de las lluvias de las últimas semanas. En una segunda fase, y si la demanda es razonable, el Concello haría la primera puesta a punto de la finca de Ponte, preparando los terrenos y el invernadero con que cuenta la parcela. Además, la misma dispone de un pozo de agua. La idea pasa por dividir el terreno en pequeños predios para que puedan disponer de ellos los voluntarios que así lo soliciten. Estas personas podrán cultivar según las propuestas que se le recomienden en relación con las propiedades que presente la tierra en esa zona. Además, podrán recoger todos los beneficios en la venta de su producción.

Durante su intervención, el regidor quiso hacer hincapié en la expectación que está generando este proyecto. De hecho, su repercusión se está extendiendo a otros concellos, tanto cercanos como de fuera de Galicia. Por eso, Silleda va a aprovechar la oportunidad de concurrir a subvenciones europeas para esta iniciativa, junto a estos municipios interesados. Otro de los socios del ayuntamiento trasdezano a la hora de pedir ayudas económicas para el Centro Agrario será la Diputación, que ya ofreció jornadas formativas relacionadas con temas agrarios.

Y, hablando de formación, ayer también se planteó la necesidad de programar actividades para todos los interesados. A la espera de que se confirmen las fechas, por ahora ya están previstas cuatro acciones, vinculadas a otros tantos temas: la horticultura ecológica; nuevas oportunidades de cultivos; el emprendimiento agrario y la comercialización de productos agrarios. En este sentido, Cuiña señaló que ya existen varios contactos para la distribución y venta de los productos que se cultiven. Las empresas serían primeros compradores, de modo que todos los beneficios recaerían sobre los propietarios de los cultivos.