El coste de la gestión de la basura es un problema común para los municipios gallegos. La deficiente recogida selectiva repercute en el importe del recibo que cada concello paga a Sogama y los índices de reciclaje están lejos de ser los recomendados, tanto desde el punto de vista medioambiental, como de amortiguación del gasto para las administraciones públicas. Lejos de contenerse el gasto, se dispara y en el caso de Lalín las previsiones presupuestarias para este año indican que la gestión de los residuos costará un 3% más que en 2015 el servicio será deficitario en unos 290.000 euros.
En las cuentas municipales el Concello consignó exactamente 1.249.000 euros para el servicio de recogida y tratamiento de basura, que en la capital dezana está en manos de una empresa privada. Los 36.000 euros a mayores previstos para este curso no llevan pareja un alza en la recaudación. Ni por la tasa municipal ni por las contraprestaciones que puedan llegar por el reciclaje como ocurre en otros, pocos, concellos, en los que envases o latas y vidrio representan unos importantes ingresos que aminoran el gasto público. En el concepto de ingresos están consignados para este año un total de 961.000 euros, la misma cuantía que el curso pasado. Mientras las transferencias se mantienen, el coste de la recogida y tratamiento de basuras no para de crecer. En los presupuestos municipales de 2013 figuraban 425.000 euros y medio millón al año siguiente, mientras que tanto en pasado ejercicio como el presente el gasto se va ya por encima de los 1,2 millones. Estas son las estimaciones presupuestarias, también en los ingresos, que tampoco son muy superiores a los dibujados en las cuentas. Un ejemplo es 2014, cuando en los presupuestos se previó el cobro de 960.000 euros y la liquidación arrojó exactamente 986.000.
Semanas atrás se produjo un hecho significativo de lo que supone una inapropiada política en la gestión de residuos, algo que, por cierto, es lamentablemente común en la mayor parte de los ayuntamientos gallegos. El Concello fue advertido desde Sogama de que uno de los camiones que llegó a la planta tenía tal cantidad de impropios que amenazó con mandarlo de vuelta.
El reto de Lalín y del resto de los concellos pasa por acertar en la gestión. Encima de la mesa está en plan de la Diputación que apuesta por la reducción de orgánicos del contenedor verde o un reciclaje de envases o vidrio. La nueva ordenanza también aporta algunas claves para la concienciación ciudadana, pero los expertos aseguran que ninguna campaña es efectiva si no lleva consigo la sensibilización entre los vecinos, contando con los escolares y los mayores para que sea exitosa.
