Agolada se volcó ayer de lleno en la despedida del joven Marcos Areán Vázquez, de 19 años, fallecido en la madrugada del viernes en un atropello en A Coruña. Aunque en un principio estaba previsto que el funeral tuviese lugar en la iglesia parroquial, durante la mañana se decidió cambiar la ubicación ante la previsión de una masiva afluencia. Así, los oficios religiosos se trasladaron al pabellón municipal que se llenó de amigos, familiares, vecinos y conocidos que quisieron honrar al muchacho.

Un respetuoso y multitudinario sepelio para arropar a una familia muy querida en el municipio y para despedir al joven, que en su corta trayectoria vital, cosechó afectos y simpatías entre los que se cruzaba. Su tío, el sacerdote Manuel Areán, ofició la ceremonia en la que incluyó una emotiva y justa semblanza a su sobrino. Sobre su ataúd, la trompa que le unió hace años a la Banda de Música Municipal de Agolada. Sus colegas uniformados, le acompañaron también, aunque la música no sonó en esta ocasión.

Junto a su instrumento, la camiseta con la que jugaba en el S.D. Agolada y que conformaba otra de sus pasiones. Su equipo en el campo de fútbol tampoco le falló en esta ocasión y se encargaron de portar el ataúd hasta el cementerio. También estaba la equipación del Sporting Ciudad, con el que entrenaba en la ciudad herculina y entre los que había forjado ya amistades. Sus compañeros de aulas en A Coruña, donde estudiaba Fisioterapia, se desplazaron hasta Agolada, así como buena parte de sus antiguos profesores y compañeros en el instituto Laxeiro de Lalín. Un funeral al que también asistieron la corporación municipal, así como otros alcaldes dezanos o la conselleira de Medio Rural, Ángeles Vázquez, ya que su hijo es miembro de la banda.