Sobresaliente "cum laude". Esa es la calificación con la que la psicopedagoga estradense Andrea Valcárcel Couceiro -especialista de Pedagogía Terapéutica para Educación Secundaria del colegio Fogar Santa Margarida de A Coruña- acaba de alcanzar el grado de doctora en Pedagogía, tras la defensa pública de su tesis, realizada el 8 de abril en la Sala Frei Martín Sarmiento de la Universidade de Santiago de Compostela (USC).

De este modo, el tribunal reconoce la brillantez de su investigación "La necesidad de los Proyectos de Habilidades Socioemocionales en la Educación Secundaria Obligatoria. Estudio de un caso", codirigida por María del Carmen Gutiérrez Moar y Antonio Rodríguez Martínez. Recoge el proyecto Mejora, que creó con María Dolores Sanz Lobo, la orientadora del IES Antonio Fraguas de Santiago de Compostela con cuyos alumnos -con 153- trabajó durante cuatro años poniendo en práctica el proyecto.

Este se centra, fundamentalmente, en dos perfiles de jóvenes que necesitan ayuda: las víctimas de acoso escolar o abuso y los alumnos con conductas disruptivas. Entre estos últimos, trabajó con alumnos hiperativos, con otros de conducta desafiante y con otros cuya conducta inadecuada se derivaba del consumo de cannabis, que les conducía a la agresividad verbal e incluso física. Con todos ellos, trabajó el autocontrol aplicado a la resolución de conflictos, proporcionándoles orientación emocional para que adquirieran habilidades socioemocionales que les permitieran modificar el estrés y cambiar su pensamiento. Llegó a crear un correo electrónico a través del que les prestaba apoyo emocional virtual cada vez que lo necesitaban. Esta vía fue muy utilizada por las víctimas de acoso. La práctica totalidad de los casos tratados se consiguieron reconducir. La satisfacción de los usuarios fue muy elevada. Entre el 73 y el 100% respondieron al evaluar el programa que se merecía la nota más elevada.

Aunque la aplicación del programa se llevó a cabo entre 2011 y 2014, aun hoy Andrea Valcárcel sigue manteniendo contacto con muchos de esos alumnos, que mayoritariamente han logrado reconducir su vida. Le importan personalmente. "Todos para mí tienen nombre y apellidos", explica, "muy contenta" por haber logrado que "se sientan mejor". "A veces", apunta, lo que "necesitan es que alguien esté ahí y les abra los ojos. Se les puede ayudar" y lograr "que ellos sean conscientes de que tienen que modificar ciertos aspectos para que todo les vaya bien".También a los 55 alumnos que no respondían a los dos perfiles abordados por el proyecto Mejora les dieron una respuesta ajustada a sus necesidades.

Diplomada en Magisterio de Educación Infantil y licenciada en Psicopedagogía con diploma extraordinario de licenciatura por la USC, becaria en el Departamento de Métodos de Investigación y Diagnóstico en Educación gracias al Ministerio de Educación y Ciencia de 2006 a 2007, contratada por el Concello de Santiago en una unidad que trabajaba la prevención del consumo de alcohol en adolescentes y ahora especialista pedagoga en Santa Margarida de A Coruña, seguirá formándose e intentando que el proyecto Mejora llegue a más centros para que "se tomen en serio la necesidad de educar emocionalmente y no solo de manera académica". Apunta que "el acoso", por ejemplo, "está en todos los centros. Solo hay que querer verlo".