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Jugar con los hijos tiene sus normas

Apagar móvil y tele para centrarse en ellos es lo que aconseja el experto Manel Fernández

Manel A. Fernández Gallego, ayer, interactuando con escolares del Pérez Viondi. // Bernabé / Víctor Espiño

A la hora de jugar con los hijos, más vale poco y bien que mucho y mal. "Más valen cinco minutos de calidad" que mucho tiempo de juego compartido con elementos externos que distraen a los padres que, bien sea por obligación o por devoción, simultanean las actividades lúdicas con sus hijos con la elaboración de la comida, el disfrute de una telenovela o un partido de fútbol e incluso la interacción con amigos y conocidos a través de mensajes de Whatsapp.

Así lo proclamó el experto educador infantil catalán Manel A. Fernández Gallego en el transcurso de los talleres de expresión musical y comunicación no verbal que acaba de impartir a alumnos, padres y docentes del CEIP Pérez Viondi de A Estrada en el marco de una iniciativa conjunta organizada por el propio centro y la Asociación de Nais e Pais de Alumnos (ANPA) en este céntrico colegio estradense. El ponente aprovechó la sesión de trabajo que realizó a última hora del martes con un grupo de madres y docentes del Pérez Viondi para explicarles que la atención es vital para que la interacción en familia con los niños sea productiva desde un punto de vista emocional, contribuyendo por tanto a generar unos vínculos paternofiliales que se mantendrán de por vida.

Frente a quienes dicen que no tienen tiempo, Fernández Gallego apunta que "el tiempo se gestiona" y que los padres tienen que saber "apagar con la vida cotidiana" para centrarse al menos un ratito cada día con sus hijos. Ello contribuirá a crear una rutina. "El niño te pedirá más y más", explica, pero los progenitores tienen que saber decir: "mañana". "El tiempo compartido es muy importante para su bienestar, para su educación, para crear unos vínculos que permanecerán de por vida", asegura.

Algo similar le recomienda a los profesores. Las prisas no son buenas consejeras. Y "la magia" de las luces, la música y la expresión corporal que Fernández Gallego usó durante estos talleres son herramientas muy adecuadas para conseguir atraer la "atención" de los niños para que aprendan muchos contenidos y competencias que figuran en el currículo educativo. Así ocurre, por ejemplo, en matemáticas. Mediante el juego, "a través de la expectativa y la atención" se puede conseguir que "aprendan sin darse cuenta". Ayer, tras trabajar con los niños de Primaria, le sugirió a las docentes que animasen a sus alumnos a incentivar su imaginación, fantasía y creatividad haciendo que se expresasen en un papel en blanco usando colores. Aboga por mantener la inocencia el mayor tiempo posible: hasta los 7, los 8 o los 9 años. A los más mayores -que también le dejaron ayer un sabor de boca "fenomenal" por su implicación en el taller- les recomendó plasmar por escrito con palabras qué les sugirió la danza visual. A los padres y educadores les advierte que en estas edades preadolescentes hay que cambiar el modo de dirigirse a los niños, poniendo "más normas claritas desde el principio".

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