La tensión de los últimos días entre el alcalde de Lalín, Rafael Cuiña, y el PP local en las que los populares cuestionaron al expolítico Xosé Cuiña -padre del mandatario- ha provocado una tormenta con unas consecuencias inmediatas visibles. El mandatario, a título personal y como presidente de la institución municipal, anunció ayer la ruptura de relaciones con el PP lalinense y con su portavoz, José Crespo. "No voy a permitir al Partido Popular de Lalín que para hacerme daño a mí ataquen la memoria de mi padre, una persona ya fallecida. Mi familia está muy dolida y esta decisión la mantengo hasta que no pidan disculpas", recalcó.

Rafael Cuiña, que en los últimos días había realizado manifestaciones públicas contra las críticas del PP hacia su progenitor, dijo haber recibido muchas muestras de apoyo incluso de votantes del PP. El alcalde dijo ayer en una emisora local que es una persona directa y que le gusta dar la cara, poco propicio a las óperas bufas, pero que las desconsideraciones de miembros del PP hacia su padre son la mayor vileza que ha visto, máxime cuando se trata de una persona que perteneció a su partido y que está muerto. "¿Si hacen esto con Xosé Cuiña, que no harán con cualquier vecino?", pregunta. Y añade que si Manuel Fraga o su padre levantasen la cabeza no entenderían una situación que para el alcalde es para "llorar de emoción".

Rafael Cuiña se mostró muy duro con Crespo, mientras que de "irrelevante" calificó las manifestaciones públicas del portavoz del PP local, Ramiro Ruibal. Y matizó que la ruptura de relaciones le afecta a él como alcalde y no al grupo de gobierno. Sí, a partir de ahora, delegará en un miembro de su ejecutivo las relaciones con el grupo popular. "Que Crespo hable en público de que no sé lo que es la lealtad es increíble, será la que tuvo él con Xosé Cuiña".

El primer edil lalinense cree que la actitud de los populares está relacionada con el rencor de haber perdido unas elecciones y por eso lanza un aviso a navegantes en relación a su anuncio de estar ocho años en la política municipal. "Me lo estoy replanteando, viendo que pueden volver estos individuos, una gente de esta calaña", declaró. Cuiña cuestionó esta etapa de los populares en la oposición, a los que tilda de "panda de vagos" que preparan los plenos y que van a las aldeas con temas de la parcelaria a hacer política de precampaña. Frente a esta actitud, propugna el trabajo de él como alcalde y de su grupo de gobierno con visitas diarias al rural para atender las peticiones de los vecinos. "Sí, soy un alcalde muy rural porque aprendí de alguien que el PP desprecia".

Cuiña entiende que para aplacar las constantes críticas que este partido hace sobre él responderá con trabajo de lo que es capaz de hacer por Lalín. "No se lo voy a permitir a esta panda de caciques que tenían hojas con personas que optaban a puestos de trabajo del ayuntamiento y al lado, nombres de los que los recomendaban". Con José Crespo no tengo ya nada que hablar y con el PP no voy a perder un segundo", sentenció.

El regidor también se refirió al cese de Antonio Crespo como director xeral de Desenvolvemento Rural. Dijo que era conocedor de los motivos que habían provocado su cese en la Consellería de Medio Rural, pero que nunca los haría públicos.