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Las minas de Fontao vuelven a ponerse ante las cámaras

Diego Casal, exdirector del museo minero, estrenará en verano en la comarca su documental 'Siguiendo los pasos del oro negro'

Diego Casal contempla una foto aérea de las minas de Fontao.

Desde este jueves en los cines gallegos se proyecta la película Lobos sucios, de Simón Casal. La cinta está ambientada en 1944 gira en torno a una minera que decide robar a los nazis para tratar de curar a su hija enferma. Aborda, así, el trabajo de la mujer en la mina pero también al comercio ilegal vinculado al wolframio, el estraperlo. El exdirector del Museo da Minería de Fontao, Diego Casal, colaboró como asesor en la trama de la película, que no pudo rodarse en Fontao porque tanto desde el Concello como desde la familia Cort, propietaria de las cuadrículas, se pusieron trabas a su uso como escenarios. "Hubiera sido una gran promoción para las minas y el poblado", asegura Casal, quien añade que existía un gran interés por parte de las productoras de Lobos sucios de filmar escenas en el lavadero de mineral que aún se conserva.

Pero Fontao, de una u otra manera, volverá a ser estrella audiovisual. En 2003 Antonio Caeiro rodaba el documental A memoria nos tempos do wolfram, en la que se revivía la vida de las minas de Fontao y de otras que surtieron de este material a la industria armamentística alemana. En 2014 se presentó la obra de Encarna Otero Memorias da vida en vivo. A luz do negro. O wolframio da Brea e o poboado de Fontao. Esta pieza se centraba sobre todo en el papel de las mujeres en las minas durante la II Guerra Mundial, sin olvidar la presencia en Fontao de represaliados políticos o de grupos de guerrilla clandestinos. Ahora, en este 2016 "parece que es el año del wolframio", en palabras del propio Diego Casal, pues este ingeniero de Minas estrenará en verano su documental Siguiendo los pasos del oro negro. Rescatando una historia recordada. A lo largo de 70 minutos de metraje, se abordan todas las profesiones que se daban dentro de la mina, desde las gerencias y la dirección hasta el estrío, o la separación manual del estaño o del wolframio del material que no sirve y que normalmente realizaban las mujeres.

"La historia va de lo particular a lo general, partiendo de la mina de Fontao da una idea de lo que pasó en el resto de las explotaciones metálicas", explica Casal. Por eso, se reserva parte del documental a las minas gemelas de Fontao, las de San Finx en Lousame donde, por cierto, funciona desde hace tiempo un museo de la minería para que las nuevas generaciones comprendan la historia local y hasta qué punto fue importante el trabajo minero en este concello vecino de Noia.

El documental incluye testimonios de personas que residen fuera de Galicia y también de la familia Cort, propietaria de las minas. "Hay que recordar que Fernando Cort Botó, ingeniero de minas, fue también un represaliado político" y trabajó en Fontao como ingeniero director de las minas. La trama no aborda el futuro de las minas, cuya concesión está caducada desde el año pasado por la falta de actividad. Esta caducidad obliga a elaborar un plan de cierre.

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