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Estela Taboada García: "El buen ambiente es fundamental porque en este trabajo dependes de tu compañero"

"En un incendio me encontré a un señor, a las dos de la mañana, sentado en una silla de playa y mirándolo"

Estela Taboada García posa en uno de los bosques de la parroquia lalinense de Prado. // Bernabé/Javier Lalín

Se expresa con claridad y con determinación, a pesar de su juventud. Superado un ictus, compagina sus estudios en Ourense con la tarea de cuidar a sus abuelos, a los que adora, y la de apagar incendios en verano. La lalinense Estela Taboada García no tiene pelos en la lengua cuando se trata de hablar de las precarias condiciones con las que muchas veces trabajan los peones forestales cuando se les requiere para sofocar las llamas en los montes de dentro y fuera de la comarca dezana.

-¿Qué diferencia hay entre los brigadistas, como usted, de Seaga y el resto de los que trabajan en la extinción de incendios forestales?

-Los servicios contra incendios se dividen en muchas empresas. Están los del Concello, los de la Xunta, los de Seaga y los de Tracsa. Yo pertenezco a Seaga después de haberla denunciado en 2011. Los denunciamos por contratación indebida y se quedaron 500 plazas, de las cuales la mitad aproximadamente estamos contratados por orden judicial, y la otra mitad están por listas. En Seaga no pasa como en Tracsa, que entras a dedo. Yo gané el pleito en el 2001 el mismo día que murió Fraga, me acuerdo.

-¿Cómo llegó a convertirse en peón forestal, una profesión siempre asociada a los hombres?

-Un amigo de mis padres es, también, peón forestal de la Xunta en la base de Lalín. En verano estudias y te ves sin un duro, todo el tiempo estudiando, de fiesta o echando una mano en la granja de pollos de mis padres. El primer año trabajé en la Xunta porque ese amigo de la familia me arregló los papeles e hice la prueba. Así empecé como peón forestal. En Seaga, hoy por hoy, somos dos mujeres en la base de Rodeiro, en la que estamos 12 en total, y hay otras dos en Tabeirós, en A Estrada. En total, de 24, cuatro somos mujeres. Y eso que en las listas tenemos preferencia por ser chicas y por la edad.

-¿Qué tal se lleva con sus compañeros masculinos del puesto?

-Yo tuve una gran suerte porque trabajé con todos en distintos momentos, y siempre genial. Además, hay un muy buen ambiente entre todos nosotros en el puesto. Eso es muy importante porque tú dependes de tu compañero siempre que vas a apagar un incendio forestal. Es una dependencia total, aunque yo soy de las que más experiencia tiene ahora en el puesto por detrás de un compañero de Vila de Cruces, que se llama Daniel.

-¿Ha visto peligrar su vida en alguna de las misiones realizadas?

-Claro que sí. Tuvimos varios apretones en algunas de las intervenciones que hicimos. Yo fui al incendio de Laza y aquello fue terrible porque cuando te mandan fuera de tu zona es distinto porque no conoces el terreno. Estuvimos también en Castro Caldelas donde lo pasamos mal porque los incendios de noche son muy peligrosos. Allí empezamos a apagar un flanco, pero había un descontrol total porque el Ejército mandaba por un lado, luego estaban los agentes forestales por otro, el jefe de distrito, los de la Xunta y nos dejaron tirados. El incendio nos comía todo. Estábamos en una pista forestal y tuvimos que esperar a que pasara todo. Todo depende de los turnos en qué trabajes. En eso, yo tuve mucha suerte el año pasado porque no tuvimos tanta tarea como otros.

-¿O sea que hay cuadrillas que sufren más que otras?

-Recuerdo haber estado en tres incendios, y coincidir con otras que ya llevaban 20 trabajados. A los que estamos en Rodeiro no nos mueven mucho, la verdad, fuera de la comarca.

-¿Diría que Deza es una zona caliente en incendios forestales?

-Supongo que como en todas en las que hay zona arbórea. Sin embargo, tú sabes en Rodeiro que los domingos a la tarde, después de comer, en verano, siempre hay incendios forestales provocados. Quiero decir, que hay un alto porcentaje de posibilidad que pase.

-¿Qué sentimiento le inspira la palabra pirómano?

-Es una figura que por desgracia existe. Yo estoy plenamente convencida de que los pirómanos son personas que están enfermas. Yo recuerdo haber estado en un incendio que casi seguro lo había provocado una señora de unos ochenta años, y estaba allí. También tenemos ido a alguno y encontrarnos a un señor en una silla de playa mirando para el incendio a las dos de la mañana. Te preguntas qué hacía allí, y lo único que piensas es que lo había provocado él, claro, porque a esas horas no es normal que nadie esté así. Recuerdo que tampoco echaba una mano, aunque pensándolo bien es mejor que no ayuden. Cuando pasa el avión grande que suelta unos 2.500 litros de agua estamos avisados para que no nos pille debajo, pero esta gente no lo sabe. Nosotros tenemos un protocolo que debemos de seguir cada que ver que el avión hace sus pasadas en vuelo rasante. Si le pasa algo a alguien que está con nosotros la culpa es de nosotros. Sin embargo, en otros casos, la ayuda de la gente es fundamental pero siempre deben de saber cuándo es el momento adecuado para hacerlo.

-¿Qué piensa cuando contempla la extinción de un bosque por causa de las llamas?

-La gente de incendios solemos ir mucho a rutas de senderismo. La última vez estuvimos en el Xurés, y ves el monte sin arder y es algo impresionante. También vimos la parte del Xurés afectada por los incendios y te entristece mucho, claro.

-¿Cuándo espera que la llamen para trabajar este año?

-Como en el fondo es una cuestión política, pero lo normal es que llamen al principio del verano.

-¿Le gustaría estar mucho tiempo siendo peón forestal? ¿Qué le parece a su familia el trabajo?

-Al ser sólo en verano tampoco es tan complicado de llevar. La que peor lo pasa es mi madre. Y eso que yo soy de las que suelo llamar cuando voy a un incendio fuera. Date cuenta de que son un mínimo de 12 horas trabajando, aunque sabes seguro que vas a hacer horas de más. Cuando fui a Laza marchamos a las once de la noche y volví a la una de la tarde. Ahí tienes que llamar porque si no se ponen muy nerviosos en casa.

-¿Cómo se preparan para poder estar en plena forma cada campaña de lucha contra el fuego?

-Tenemos que realizar varias pruebas físicas cada año. Considero que es importante estar preparado porque es un trabajo muy exigente. En Seaga tenemos una media de edad de unos 35 años. De todas formas, lo de la edad sería bueno si el trabajo tuviera futuro. Todos los que trabajamos en esto tenemos un plan B porque no hay futuro ninguno. El mío es acabar la carrera y trabajar en ello. Me voy a presentar a las oposiciones de peón forestal, pero mi plan es trabajar de lo que estoy estudiando ahora.

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