Por su peculiar cuerpo lleno de tatuajes, Nene ha tenido que enfrentarse a muchos de los tópicos que la gente utiliza la rechazar este tipo de pinturas corporales permanentes. Una de ellas es la que alude a que las personas con tatuajes se arrepentirán con el paso de los años, cuando sus cuerpos no luzcan de la misma manera y tengan que ejercer como padres o abuelos. Nene reconoce que es algo que le dicen habitualmente, aunque prefiere tomárselo con humor. "Cuando sea mayor voy a ser el el más molón de todos", bromea.

Un caso diferente en este tipo de tópicos le afecta sin embargo de una manera muy directa. Son muchos los que reniegan de llenar su cuerpo de tatuajes, ya que eso les impediría conseguir determinados trabajos. Por este motivo muchas personas prefieren tatuarse solamente zonas que no sean visibles si están vestidos. El estradense reconoce que este problema le condicionó a nivel personal, al igual que a otros como él que han decidido poner en su cuerpo un gran número de tatuajes. Según explica, en sus primeros años en su trabajo también optó por tatuarse cuerpo y piernas, pero no cuello o brazos, zonas que pudiesen quedar expuestas, por miedo a perder su puesto. Tras once años en su puesto, con un contrato indefinido y con la necesaria confianza en sus jefes, se atrevió a dar el paso. "Tenemos una buena relación así que pregunté y me dijeron que no había problemas con mis tatuajes", explica. El visto bueno en ese sentido fue una puerta abierta para tatuar más zonas. "Cada vez hay menos prejuicios pero es mejor asegurarse antes de tatuarse la cara", añadió.