Como queda indicado, encontrarse con que hay que bajar o subir un bordillo para cruzar un paso de peatones es todavía algo frecuente en A Estrada. Si ello puede suponer en sí mismo un problema para una persona con movilidad reducida o simplemente para quien empuja un carrito, el tamaño que alcanzan algunas de estas barreras arquitectónicas las convierten en infranqueables para ciudadanos en silla de ruedas. Si la medida habitual de este elementos se sitúa entre los 12 y los 15 centímetros, algunos remates de acera en zonas como la Rúa da Cultura alcanzan una altura de 23. Este vial da acceso a los institutos y la Zona Deportiva estradense.

Por otro lado, en las calles estradenses también abundan ejemplos de establecimientos comerciales y de ocio que no ponen las cosas fáciles para las personas con movilidad reducida. Algunas de estas entradas ofrecen una altura imposible de salvar, cuando se trata de locales de acceso público, desde tiendas y bares hasta servicios como el de entidades bancarias.