La nueva Lei do Solo entró en vigor el pasado 19 de marzo. Para evitar tener que remodelar todo el Plan de Urbanismo, Silleda aprobó éste de forma provisional justo el día anterior y tras conocer que la Xunta informaba de forma favorable la memoria ambiental del documento. Pero Vila de Cruces no pudo actuar con tanta premura, ya que no llegó a recibir un informe sectorial de la Dirección Xeral de Patrimonio y que se demora desde hace poco más de dos años, puesto que el Plan de Urbanismo cruceño se aprobó de forma inicial en febrero de 2014.

Ello supone que, de momento, vuelven a regir en Vila de Cruces las normas subsidiarias de 1992. Es la segunda vez que los trámites del PXOM se van al traste. El documento urbanístico comenzó a tramitarse en el año 2000, pero dos ejercicios más tarde tuvo que reiniciar el proceso para adaptarse a la Lei do Solo, y ahora se encuentra otra vez en el mismo punto de partida. Según los cálculos del BNG, en este documento que elabora la empresa Adiu se han gastado, en estos casi 16 años, más de 300.000 euros.

Las últimas noticias que se tenían del casi medio centenar de alegaciones era que estaban informadas. Pero sus autores nunca llegaron a conocer si los alegatos se habían tenido en cuenta o no, según indican desde el PSOE: Los socialistas aseguran que la demora del informe sectorial de Patrimonio se debe no a la falta de personal -como defendía el alcalde, Jesús Otero- sino a la falta de protección para las 197,23 hectáreas que ocupan las minas de Fontao. Es más, están seguros de que si en el próximo PXOM se sigue obviando una protección para las minas -el actual sí las contempla para dos edificaciones de uso residencial y administrativo-, el documento tampoco saldrá adelante. Los socialistas pedían que ese suelo se catalogase como rústico de especial protección, ya fuese cultural o arquitectónica.