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Hibernación política en Agolada

El PSOE mantiene en pie su agrupación con una docena de militantes - Los vestigios del BNG, pendientes de nuevos escenarios políticos - Veciños por Agolada aplaza su reajuste

Al último pleno del anterior mandato acudieron ediles del PSOE, Ferro y Daparte. // Bernabé/Gutier

Las pasadas elecciones municipales sirvieron en Agolada para afianzar el respaldo al Partido Popular que consolidó así su mayoría absoluta logrando nueve de los once ediles de la corporación. En cambio, en las bancadas de la oposición se abrió un nuevo panorama tras la decisión de PSOE y BNG de no concurrir a los comicios y la irrupción de una nueva fuerza política: Veciños por Agolada, que logró tres concejales.

Diez meses después del inicio de este mandato, el gobierno se mantiene sin variaciones mientras que la oposición se perfila ahora a cargo de tres ediles independientes después de que presentaran su baja del partido. El giro llega tras variaciones en la formación que provocaron varias renuncias, entre ellas la del propio cabeza de lista, Gregorio Daparte, que tras conocerse los resultados se vio obligado a presentar su dimisión por incompatibilidad con su profesión. Tras la marcha de los tres ediles que representaban al grupo en la corporación, el partido tenía previsto realizar una junta en el fin de semana con la intención de abordar con el resto de integrantes su devenir político. Su nuevo portavoz, Juan José López Pallares, aclaraba ayer que la reunión se aplazará al verano "ahora que ya no contamos con representación en el Concello preferimos esperar y afianzar las cosas de cara al futuro", recalcaba.

Mientras, el resto de formaciones políticas que en su momento contaron con representación en el ejecutivo se mantienen en una especie de hibernación voluntaria, relegados a espectadores aquellos que en su momento ejercieron de azote al gobierno. Uno de los grupos que contaba con mayor presencia era el PSOE, que sumaba tres ediles, con José Rivas como portavoz, quien presentó su renuncia voluntaria como tal - cumpliendo a su palabra- en el último pleno de pasado mandato, hace casi un año. La formación sigue en pie en Agolada, mantiene apenas una docena de afiliados y carece incluso de portavoz. Rivas, al igual que ya confesó en los últimos meses como portavoz augura "una muerte anunciada" al devenir del municipio. Pese a ello, siempre que puede sigue acudiendo como público a los plenos. "La labor política es la de siempre. Este año si la cosa sigue así acabaremos con un incremento de nuevo del gasto" sin traducirse en soluciones para los vecinos de Agolada.

Por su parte, aquellos que en su día concurrieron bajo las siglas del BNG y que conforman la vertiente nacionalista de izquierdas, cobijados luego bajo las siglas de distintos paraguas políticos, se mantienen aletargados. Fue precisamente la crisis interna de la formación a nivel autonómico, "en Agolada siempre tuvimos muy buen entendimiento", la que motivó que no llegaran a presentarse. Ahora observan "como reacciona Agolada con otros actores políticos" apunta Manuel Ferro, que terminó el pasado mandato integrando el Grupo Mixto. Alega, además que también procuraban "agitar el panorama político y favorecer cambios para saber que es lo que quiere la sociedad". "Estamos asistiendo a un nuevo escenario, una realidad diferente que debe abrirse paso".

Mientras, el también exedil del BNG, Xosé Ramón Blanco, vinculado ahora a Marea, incide en la necesidad de un proyecto político para Agolada que pase por unir esfuerzos de distintos actores políticos. La idea de una plataforma que aúne esfuerzos fue rechazada para las pasadas elecciones pero podría tomar fuerza ahora. Si bien, todos coinciden en destacar que es aún muy pronto para hacer cábalas y queda un largo camino con tres años de mandato.

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