El Concello de Lalín mantiene el suministro de agua al municipio solamente con el bombeo del río en Botos y prescinde del de Catasós por el vertido de purines detectado el viernes. La empresa concesionaria del servicio, Espina y Delfín, explica que la decisión se tomó por precaución una vez que las aguas del Asneiro a su paso por Catasós podrían tener una presencia de elementos orgánicos más elevada de lo deseable. "El río va todavía muy revuelto, así que mantenemos el abastecimiento solamente con el bombeo de Botos por precaución", explica el representante de la empresa Celestino Fornos.

Si el viernes se realizaron analíticas en distintos puntos de la red, está previsto que durante el día de hoy la empresa vuelva a realizar más para comprobar si el agua de la captación de Catasós se ajusta a los parámetros de calidad exigidos. Aunque sea más por precaución, la compañía entiende que esta alternativa es la más recomendable, una vez que el suministro de agua potable al término municipal está garantizado con la primitiva captación de Botos. En caso de que hoy las condiciones mejoren se recuperará la captación principal de Pozo Negro, en Catasós, ya que además de ser más moderna tiene mayor capacidad que la de Botos. Fornos concreta que mientras que la de Pozo Negro es capaz de bombear unos 400 metros cúbicos de agua a la hora, la de Botos no rebasa los 230 m3. El coordinador de Espina y Delfín en el municipio asegura que al tratarse de un hecho puntual de unos días y con las lluvias que están cayendo el caudal del río a su paso por Botos es más que suficiente para llenar el depósito de Lalín de Arriba, con el que se abastece al núcleo urbano y a una parte de las parroquias del municipio. El consumo diario medio de Lalín está aproximadamente en unos 4.500 metros cúbicos de agua.

La localización del vertido se desconoce por el momento y es precisamente lo que está indagando la Guardia Civil a raíz de la denuncia presentada por el ayuntamiento. De las quejas iniciales se pasó casi a una situación de alerta entre la ciudadanía. Primero se detectó en la traída que el agua presentaba un olor muy desagradable y, tras comprobarse que se ello se debía al vertido de purín cerca de Catasós, fue necesario clorar el agua más de lo habitual, algo que también despertó malestar entre numerosos ciudadanos. Algunos lamentaron que el departamento de municipal de Medio Ambiente no informase del incidente hasta el sábado por la mañana. Fuentes municipales aseguraron anteayer que la incidencia estaba resuelta y confiaban en que las investigaciones llegasen a buen puerto para identificar a los causantes de este delito medioambiental.