El Partido Popular de Lalín ha optado por no entrar en el fondo de la grave acusación del gobierno local sobre la existencia de documentos con nombres de personas afines a este partido, relacionadas con procesos de contratación de trabajadores eventuales. Los populares sí replican al alcalde, Rafael Cuiña, que incurre en una equivocación "si cree que con sus amenazas veladas y su estrategia del ventilador va a amedrentar y amordazar a la oposición del PP". Añade además que cuando un mandatario, después de nueve meses en el gobierno, tiene que recurrir "a la política del retrovisor y del ventilador cada vez que salen a la luz sus propias miserias" pone de manifiesto que su responsabilidad le queda demasiado grande y que "carece de proyecto de futuro".

Así liquidan el PP la seria acusación formulada anteayer por el mandatario local en una comparecencia pública junto al teniente de alcalde, Nicolás González Casares, en la que pidieron a ahora partido de la oposición que dijese si estos documentos existían o no, dejando claro que habrían localizado papeles que respaldasen su teoría. Pero además de estas reflexiones acerca de las críticas del alcalde, el PP aprovecha su réplica para mantener vivo el debate sobre la crisis de gobierno propiciada por el enfrentamiento entre A Plataforma Aberta Cidadá de Lalín (APAC) y el BNG, al obligar los primeros a retirar la dedicación prevista para el concejal nacionalista Francisco Vilariño. La agrupación popular considera que las explicaciones ofrecidas por Cuiña sobre este asunto se corresponden con las de un político "iluso" que cree que con retroceder y atacar al PP el problema está resuelto. Dice que el enfrentamiento entre los dos partidos que forman parte del gobierno local apoya la tesis de que Cuiña es un alcalde débil, sin personalidad y que está atado a intereses personales y políticos de los partidos minoritarios con los que conformó gobierno. "Conociendo a Paco Vilariño y al BNG, este paso atrás que dan ahora no es el final de las desavenencias internas, sino tan solo un aplazamiento del problema".

Para el PP lo único que une a los socios del cuatripartito es el odio contra su grupo o el dinero que cada uno de ellos cobra o pretende cobrar gracias a un pacto realizado "contra natura". Por ello la formación liderada por José Crespo ve al ejecutivo local como un gobierno estéril y sin proyecto de futuro para Lalín, que vive de la sobreactuación y de vender como grandes logros las gestiones que antes formaban parte del día a día, además de pretender dividir a la sociedad lalinense en dos bandos.

En el pleno de mañana, con seguridad, se retomará este cruce de acusaciones.