"Si hubo alguna polémica, la creó de forma injustificada la Diputación". Son palabras, ayer, del alcalde de A Estrada, José López Campos, en relación a lo acontecido durante esta Semana Santa con el tráfico por la carretera provincial Liñares-Valboa, oficialmente cortada en el tramo Riobó-Oca por las obras en el nuevo puente. El Concello había fijado, tras contactar con la empresa, la reanudación de la circulación para el pasado miércoles, a lo que la Diputación respondió manteniendo el cierre hasta hoy, día en el que expira el plazo de un mes que la institución provincial había anunciado. Extraoficialmente, el paso estuvo abierto. La mayoría de los usuarios aprovecharon la ausencia de elementos que impidiesen físicamente el avance y optaron por obviar las señalización que advertía del corte y anunciaban desvíos.

López Campos recalcó que esta infraestructura lleva tiempo en obras sin necesidad de paralizar el tráfico e hizo hincapié en que este solo se interrumpió por la imposibilidad de mantener el tránsito durante las obras en el puente. Consideró el alcalde estradense que entre el miércoles y hoy poco o nada cambia sobre el terreno, subrayando que los postes en medio de la calzada "ya estaban hace un mes" y continuarán haciéndolo en la jornada de hoy.

Entiende el munícipe que, una vez consolidado el puente, el vial podría reabrirse al tráfico aplicando las precauciones propias, en materia de señalización y regulación de la velocidad, de una zona en obras. En este sentido, considera la postura de la Diputación de Pontevedra de mantener el cierre como un "capricho político".

"Presume de puertas abiertas, transparencia y colaboración con los concellos pero a la hora de la verdad hacen lo contrario de lo que dicen", manifestó el regidor estradense, que entiende que, atendiendo a que las obras se realizan en A Estrada y a que la administración local colabora económicamente con la reforma de un vial que es titularidad y competencia de la institución provincial, la Diputación debería haber tenido "la cortesía mínima de ponerse en contacto con el Concello". "Ya no digo venir a la obra", ironizó. Más tarde se declaró "convencido" de que los dirigentes provinciales "no saben ni cómo es la obra".

"No me suponía un problema abrir antes o después. Mi objetivo era perjudicar lo menos posible a los vecinos", dijo también el jefe del ejecutivo local, que quiso aprovechar ayer la ocasión para dar "un toque de atención" y subrayar que "estas no son las formas y no es lo que esperan los vecinos de dos administraciones". Subrayó que no tiene ánimo de polemizar pero advirtió: "tampoco me voy a callar". "Voy a defender los intereses de mis vecinos. Lo hice siempre", manifestó también.

"Tras ocho meses de gobierno de esta nueva Diputación empezamos a ver los modos de gobernar que tienen estos señores", declaró en otro momento el alcalde.

En la jornada de ayer las obras se reanudaban en las inmediaciones del nuevo puente de Riobó, al que en los últimos días ni vallas ni cintas pudieron impedir el acceso. La señalización volvía a estar colocada ayer, aunque el tráfico se mantenía en la infraestructura.