El año pasado se firmaron 4.586 contratos de trabajo para laborar en los municipios de Deza y Tabeirós-Montes. Según los datos del Instituto Galego das Cualificacións, tan sólo el 6,4% de esos pactos, es decir, 298, fueron de carácter indefinido, lo que da una idea de la volatilidad en la que está sumido el mercado laboral. Así, siguiendo la tendencia gallega y estatal, predominan, y de lejos, los pactos temporales, que en los nueve municipios ascienden a 4.041 (son el 88,1% del total) mientras que los de otro carácter se quedan en 247.
La proporción es idéntica al si examinamos los datos referentes a los contratos que firmaron vecinos de las dos comarcas para trabajar en otros municipios españoles. Así, se suscribieron en total 9.609 acuerdos laborales, de los que 573 son indefinidos, 8.510 temporales y 526 de otro tipo. Mientras tanto, se renovaron otros 10.398 empleos, de los que 801 pasaron a ser indefinidos (es el 7,7% del total), mientras que 9.170 se mantuvieron como temporales y los 427 restantes, bajo otra figura.
Y si en cuanto al tipo de contrato predominan los de carácter temporal, si se atiende al nivel académico del nuevo empleado resulta que lo que más demandan las empresas es un trabajador con graduado en ESO. De los casi 5.000 contratos citados que entraron en las comarcas, 1.904 fueron firmados por personas que habían estudiado hasta Secundaria, mientras que 1.053 disponen de certificado escolar. La cifra ya es más modesta para los trabajadores que cursaron hasta Bachillerato (con 820 casos), y en el caso de ciclos formativos y estudios universitarios muestra, respectivamente, 333 y 460 casos.
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La diferencia entre unos y otros niveles académicos es mucho más abultada en los casos de los contratos que se firmaron para trabajar fuera de las comarcas. De los 9.609 contratos que salieron de las comarcas, más de la tercera parte, en concreto 3.702, tienen la graduación en ESO, mientras que otros 3.255 poseen el certificado de escolaridad. Las empresas incorporaron, además, a otros 1.139 trabajadores que estudiaron hasta Bachillerato, pero la cifra ya cae por debajo del millar para los contratos a vecinos con ciclos formativos (808) y universitarios (650), lo que da una idea de las dificultades que atraviesan estos dos sectores de población a la hora de insertarse en el mundo laboral. Esos problemas para encontrar un trabajo para universitarios y estudios de ciclos son muy evidentes en los contratos que se mantuvieron durante 2015 en las comarcas, con solo 338 y 554 casos, mientras que sí mantuvieron su empleo otros 777 vecinos formados hasta Bachillerato, frente a 2.824 que disponen del certificado escolar y nada menos que 5.849 que están en posesión del graduado en Secundaria.
Así las cosas, y tal y como indica el Instituto Galego das Cualificacións, es evidente que el perfil del empleado de la zona es el de un varón, de entre 30 y 44 años de edad, que logra empleo fuera de los nueve municipios de la zona y que se ha formado hasta la educación secundaria obligatoria.
