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José Manuel Méndez: "El rural está más concienciado para reciclar"

"Los concellos lo hicieron mal a la hora de poner en marcha el sistema, porque falta información"

José M. Méndez. // Bernabé/Gutier

-¿A qué puede deberse el descenso generalizado en el reciclaje de vidrio?

-Pueden existir muchas causas. Desde luego que influye la pérdida de población, pero también que la ciudadanía aún está desacostumbrada a la hora de separar los residuos para facilitar su reciclado. A nivel global, creo que hay una mala educación ambiental. Recuerdo, por ejemplo, que al principio por error se depositaban todos los residuos en el contenedor de basura orgánica, porque la gente no sabía usar los depósitos y desconocía para qué servía cada colector. Y aún hoy en día los vecinos no saben usar bien estos contenedores, y al final da igual que los usen para los residuos adecuados o no, porque los concellos no imponen multas ni les llaman la atención. Sé de casos en el casco urbano de Lalín en el que se vacían botellas en contenedores de basura orgánica, a pesar de que al lado están los iglús. Fueron los concellos los que los hicieron mal a la hora de poner en práctica el reciclaje, porque falta información.

-¿Qué problemas medioambientales generan botellas de vidrio tiradas en un vertedero?

-El principal problema es que el vidrio actúa como una lupa y puede generar un incendio. Pero es que importa mucho su reciclado porque en el proceso de generación de vidrio se consume mucha energía, ya que este material se hace en base a arena y para fundirlo precisa una temperatura de entre 1.600 y 1.700 ºC. En cambio, a la hora de reciclar el vidrio se utiliza mucho menos combustible.

-¿Quién está más concienciado a la hora de reciclar, ya sea vidrio u otro material? ¿Los jóvenes o los mayores? ¿Los vecinos del rural o los del casco urbano?

-Por edades, se está inculcando una mayor concienciación ambiental entre los niños más pequeños, pero la juventud está desencantada, no se preocupa por el destino de la basura o la posible reutilización de los materiales. En cuanto al ámbito rural o urbano, pienso que están mucho más concienciados los vecinos del rural. Allí siempre ves más posibilidades de reutilización de un objeto o material. Por ejemplo, una caja de cartón puede convertirse en un excelente envase para guardar huevos, y en el ámbito urbano seguro que termina en la basura. Pasa algo similar con la materia orgánica. Aunque resido en Lalín, viví durante mucho tiempo en Agolada, cuando apenas había contenedores, y lo cierto es que se generaba un volumen mínimo de basura, porque materia orgánica como mondas de patatas o de fruta se utilizaban para alimentar a los animales o para hacer abono, directamente. Ahora, se intenta recuperar esta opción a través del compostaje. Pero es muy difícil que los vecinos dejen el hábito de tirar estas mondas a la basura, porque este tipo de procesos educativos llevan muchísimo tiempo.

-¿La crisis nos ha enseñado a reciclar, o todo lo contrario?

-En teoría, con la crisis hay que aprovechar mucho más los envases. Pero en la práctica lo que se hizo durante la recesión económica fue subir los impuestos, con lo que el vecino opta por tirar todo a la basura, ya que paga. Pero cuidado, porque, como se dice, los ciudadanos solo actúan si se les va al bolsillo, así que lo habría que hacer para garantizar un buen reciclado sería imponer sanciones a los que reciclan mal a sabiendas.

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