Una vez concluida la Semana Santa, la Consellería de Cultura convocará un encuentro con miembros del gobierno de Lalín y representantes del Obispado para abordar las obras necesarias para frenar el deterioro de la iglesia de Donramiro. El templo está cerrado al culto desde hace dos meses porque las filtraciones de agua que sufre desde hace años han causado importantes deterioros en las fachadas, la estructura de la tribuna, la techumbre y el retablo barroco.
Con este anuncio, el departamento autonómico que encabeza Román Rodríguez retoma los contactos que en su momento se iniciaron con el responsable del templo, el párroco Marcos Torres. El sacerdote había contactado con la Xunta para ver si había alguna posibilidad de que el gobierno financiase parte de los 150.000 euros en que se cifran los arreglos según el estudio de una empresa lalinense de arquitectura.
En un comunicado, la Consellería de Cultura señala que la iglesia parroquial de Donramiro "es un bien de alto valor simbólico en el que debemos actuar conjuntamente y de forma coordinada la Consellería, el Concello y el Obispado, como propietario del bien". Se trata de un templo del siglo XII con un retablo de considerable valor pero que posiblemente no aguante un invierno más las filtraciones de agua, como indica su responsable religioso, asesorado por expertos.
A la espera de que entre los tres organismos se disponga del dinero necesario para hacer frente a las reformas, los cultos religiosos se trasladaron desde principios de año a la capilla del campo de la fiesta de O Montserrat, de modo que en el templo parroquial solo se ofician funerales y de modo muy puntual. En su momento, los vecinos habían iniciado un petitorio para acometer las necesidades más urgentes.
Lalín de Arriba
Durante el encuentro a tres bandas, que podría celebrarse ya a partir de la próxima semana, se abordarán también las obras necesarias en el templo de Lalín de Arriba. Cabe recordar que meses atrás se inició una polémica por la titularidad de esta iglesia, ya que el colectivo vecinal defiende que adquirió el inmueble en 1905 por 1.500 pesetas de la época para evitar que se desmontase y se construyese con su piedra el templo parroquial de Lalín. La Diócesis, por su parte, lo escrituró a su nombre meses atrás en el Registro de la Propiedad. El Concello se ofreció a mediar entre las partes para que se llegase a un acuerdo.
