Más de tres años después de su aprobación inicial, Silleda consolidó ayer un nuevo paso de cara a la tramitación de su Plan Xeral de Ordenación Municipal (PXOM) con la aprobación provisional del documento. En un pleno extraordinario, que comenzó con demora para poder contar con los responsables de la firma Eptisa, encargada de la redacción del proyecto, el regidor, Manuel Cuiña, se afanó en destacar el momento histórico que supone la aprobación de dicho documento. "El de hoy es quizás uno de los plenos más importantes ya que este plan marcará las pautas para los próximos 12 o 15 años o incluso para los 30 siguientes, como pasó con el anterior". Pese a los esfuerzos reiterados por sumar respaldos, la aprobación de la fase provisional se llevó a cabo solo con el respaldo del único edil del BNG mientras que el PP se abstuvo.

Cuiña también ensalzó el procedimiento al que calificó de laborioso y agradeció la implicación de todas las partes, tanto gobierno como oposición, así como la labor de los técnicos municipales, las facilidades de la propia firma encargada de la redacción o de las administraciones. Hubo también una mención especial para la exalcaldesa, Paula Fernández Pena, presente en la sesión, ya que fue bajo su mandato en 2007 cuando comenzó a gestarse el plan. Cuiña tampoco se olvidó de subrayar el gran respaldo vecinal que comprobó a lo largo de las exposiciones públicas realizadas por las parroquias. Esta ronda de visitas por los núcleos del municipio fue uno de los aspectos que Cuiña se afanó en destacar como modélico ya que permitieron adaptar, en mayor medida, el documento a las reclamaciones vecinales lo que favorece que "este plan sea más aceptado por la mayoría". Una premisa que quiso ratificar con el número de alegaciones presentadas (783), de las cuales 423 fueron estimadas. Un volumen relativamente bajo en referencia a otros procedimientos tal y como confirmaron desde la empresa redactora. Unas cifras que no parecieron tan reducidas al grupo popular para quien evidenciaban que "el plan no era tan afinado". Matizaron, además, que, en muchos casos, incluían alegaciones colectivas que elevarían el número de presentarse individualmente. Este fue uno de los motivos que el PP adujo para abstenerse en la votación del plan.

En la sesión también se abordaron algunas de las últimas tramitaciones solicitadas desde el Concello como la modificación de la clasificación de la rúa Pintor Colmeiro, que finalmente fue atendida por la Xunta. Otras en cambio como la diferenciación de zonas en A Bandeira y A Moa no logró el mismo resultado y pese al empeño del gobierno en considerarlo un único núcleo no cabe esta posibilidad. La sesión sirvió también para comentar a los grupos algunas de las indicaciones referidas en el Informe de Impacto Ambiental que el Concello recibió el pasado miércoles. Una valoración favorable que debía realizar ciertas revisiones en puntos como el polígono o la diferenciación de núcleos. El hecho de que los portavoces no conociesen en detalle esta documentación también generó importantes reproches. Cuiña se escudó en la premura con la que debía ser convocado el pleno para trata de aprobar esta fase del Plan Xeral antes de la entrada en vigor, hoy mismo, de la nueva Lei do Solo, que obligaría a revisar el documento por completo y retrasaría aún más el proceso frente a las expectativas del regidor de poder contar con el documento en un corto plazo de tiempo.