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Santalla insiste en dar alimento al lobo y pone el ejemplo de la Sierra de la Culebra

El sindicalista apuesta por "propuestas sensatas y conservacionistas" ante un "problema que existe" - También defiende "diezmar la población si los estudios oficiales lo avalan"

Lobos ibéricos alimentándose de carroña en la Sierra de la Culebra. // Andoni Canela

Proporcionar alimento al lobo de forma puntual para mermar sus ataques al ganado y diezmar su población, "siempre que haya estudios oficiales que lo avalen", son las dos propuestas que defienden organizaciones como Unións Agrarias y que las enfrentan con un sector de la sociedad. "Tenemos que centrar el debate en las propuestas", subraya el secretario comarcal del sindicato agrario, Román Santalla: "Hay un problema y no se puede escapar de él. Claro que hay perros, siempre los hubo, pero no atacan al ganado. Todos los ataques que denunciamos son de lobo, y así lo refrendan los inspectores de Medio Ambiente", afirma.

"Pretender generar un ambiente de que no son lobos los que provocan los daños a nuestro ganado es lo que peor se lleva", manifiesta el ganadero de Palio, que refrenda su postura con "la manera de rodear los rebaños y de separar a los animales" o "la forma de morder". Pero, sobre todo, insiste en que los agentes de la Xunta "no van a decir que son lobos si no lo fueran". En este sentido, indica que hay manadas localizadas en los montes Farelo, Faro, Candán y Carrio, además de entre Brocos (Agolada) y Toiriz (Vila de Cruces), en donde se han registrado ataques recientemente. "El lobo es territorial y marca áreas de hasta 50 kilómetros, pero está cambiando, igual que lo ha hecho el jabalí, y reduce sus zonas de actividad", opina Santalla.

"Nos hacemos eco de un problema real, al que escapamos como del lobo, pero que existe y hay que abordar cuando no hay más remedio -añade el líder de Unións Agrarias (UU AA)-. Sufrimos daños y los denunciamos". Dicho esto, y dejando claro que "el lobo hoy no tiene enemigos, ni entre los ganaderos ni entre los cazadores", Santalla cree que hay que formular "propuestas sensatas y conservacionistas". A su juicio, la discrepancia fundamental con "los otros ecologistas" -porque también reclama ese espacio para agricultores y ganaderos- estriba en la alimentación, pues la compensación de daños se da por hecha. Desde Unións son partidarios de "aportar comida" al depredador en determinados momentos y espacios, porque "les hemos privado de parte de su alimento natural", en alusión a los animales muertos que ahora la normativa impide tirar o enterrar en el monte. Hoy en día "[los lobos] tienen que buscarse la vida y, por eso, se están adentrando más en las vacas y llegan incluso a los establos". Así que propone seguir el ejemplo de la Sierra de la Culebra, en Zamora, en donde ya se hace. "Parece que no somos tan idiotas, como dicen algunos, porque ya hay quien lo está haciendo", sentencia Santalla, que esta semana se informó acerca de la experiencia zamorana con un agente que trabaja en esta reserva.

El sindicalista lalinense también es partidario de diezmar la población de lobo "si es necesario". En este sentido, cree que los estudios del ministerio están "desfasados". En todo caso, "aquí nadie quiere exterminar a ninguna especie, somos una generación de agricultores y ganaderos respetuosa con la fauna, por eso nos sentimos mal cuando nos dicen que somos enemigos del lobo", proclama. "Simplemente, queremos que esté en un hábitat tranquilo y alejado lo máximo posible de las explotaciones, mientras que ellos -en alusión a los conservacionistas- quieren que los tengamos cerca de nuestras casas", concluye.

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