En Pascua, no todos los dulces son los tradicionales huevos de chocolate que regalan abuelos a sus nietos y los padrinos a sus ahijados. Tantos los huevos como los conejos de chocolate son una tradición que viene ya del siglo XVIII. Más reciente, por lo menos oficialmente, es la Festa da Rosquilla de Abades. El principal evento gastronómico de esta parroquia trasdezana cumple en 2016 sus 30 primaveras, y es la tercera edición que organizan en conjunto la asociación vecinal A Costa y la Asociación de Mulleres Rurais.

La secretaria del colectivo vecinal, Flor Rodríguez, explica que para ir haciendo boca este viernes, día 18, tendrá lugar un taller de elaboración de rosquillas, en el local social. Las clases comienzan a las 17.00 horas, son gratis y están abiertas a todo el que quiera descubrir cómo es el proceso de elaboración artesanal de este dulce. "Hacemos todo a mano, desde el amasado hasta el baño de azúcar, que se hace rosquilla a rosquilla", relata. En talleres anteriores incluso acudieron residentes en Caldas de Reis. Al término de este obradoiro, tendrá lugar la presentación de la fiesta propiamente dicha, con la asistencia de miembros del gobierno.

El grueso del programa se concentra en el fin de semana del 26 y del 27. El sábado 26 la verbena estará amenizada por Mariachi Deza, Meritxel y el dúo Punto Zero. El día grande, el domingo 27, las actividades arrancan a las 11.00 horas con un concierto de la Banda de Música Recreativa e Cultural da Bandeira. La misa está fijada para las 12.30 horas, y la acompaña el Coro de Ponteledesma. Tras la eucaristía se celebrará la tradicional ofrenda de las rosquillas y la procesión.

La subasta y degustación será a partir de las 13.45 horas. La presidenta de la asociación de mujeres rurales y miembro de la comisión, Cristina Suárez, dirigirá por primera vez la puja, acompañada por Flor Rodríguez. Suárez releva en el cargo a otros presentadores como José Luis Colmeiro, Santiago Cerviño o el fallecido exalcalde de Silleda, Juan Salgueiro.

En subastas anteriores se recaudaron en torno a los 2.000 euros, que se destinan a costear los gastos de la fiesta así como de los productos elaborados para hacer un dulce que viaja hasta el País Vasco, pues un restaurante allí afincado suele adquirir siempre el primer premio a la originalidad, por una cantidad muy elevada. "En los tiempos de gloria se pujaban verdaderas animaladas, pero en los últimos años se nota la crisis", admite la secretaria del colectivo vecinal. Además de los bolos en forma de pirámide, los vecinos de Abades se pondrán ya desde el lunes manos a la obra para dar forma a recreaciones tan sorprendentes como las que en ediciones anteriores se asemejaban a la torre Eiffel o la estación de tren.