Los moteros estradenses Javier Campos y Manuel Arca parten el próximo viernes hacia la localidad alicantina de Motril. Allí dejarán su remolque para subirse a sus BMW y cruzar el ferry hasta Melilla. Por delante, las duras pistas del Rekkam, los grandes espacios en el Suroeste de Marruecos, las dunas del Erg Chebbí y las gargantas y pasos de los Atlas. Le Petit Dakar pondrá a prueba la resistencia de los dos moteros estradenses y de sus monturas en siete exigentes etapas que arrancan el próximo viernes. Ambos cuentan con una larga experiencia en el mundo del motociclismo como gran aval para afrontar y superar esta exigencia prueba de resistencia.

Arca explicó que esta prueba es "una experiencia" que afrontan "con mucha ilusión". "Llevamos tiempo intentando ir pero hasta ahora nunca pudimos. A cualquiera le gustaría poder afrontar este reto, aunque también es bastante duro. No es lo mismo hacer 300 kilómetros por carretera que hacerlo por las pistas que nos vamos a encontrar. Te obliga a tener una buena forma física porque en tantas etapas te va machacando las rodillas y los brazos", explicó.

El piloto estradense recordó que sus monturas, una BMW 800 GS Trail y una BMW R1200 GS, tampoco son las más adecuadas para esta aventura teniendo en cuenta su elevado peso. "Son motos muy pesadas y eso supone una desventaja con respecto a otras. Hay que tener en cuenta que vamos a pasar por zonas de todo tipo. Habrá zonas de pista y otras de montaña pero también mucha arena", apuntó.

Campos por su parte recordó que, junto a su compañero, acostumbra a plantearse un reto sobre la moto cada año. El año pasado recorrieron los Pirineos y este tenían previsto inicialmente acudir a la concentración motera en Alemania conocida como "Elefantes". Todo cambió ante la posibilidad de afrontar el Petit Dakar. "Este es un sueño que teníamos. Estamos muy ilusionados con la idea de vivir una aventura con el nombre del Dakar. Tiene un montón de alicientes para nosotros", manifestó.

Campos recordó que esta aventura supondrá un duro esfuerzo y sacrificio para ambos. "No es normal hacer tantos kilómetros por etapa. Puede que sí por carretera pero no si estamos hablando de monte. Hemos tenido que hacer modificaciones en las motos para adaptarlas a lo que nos vamos a encontrar. Pesan sin embargo demasiado. Normalmente por estos terrenos se usan motos más ligeras y manejables. Eso es algo que juegan en nuestra contra. Además, tuvimos que entrenarnos físicamente", argumentó.

El piloto estradense recordó también que tanto él como Arca cuentan con mucha experiencia sobre sus monturas pero no tanta al hablar de trial. El planning de esta aventura incluye levantarse a las 9.00 y terminar en torno a las 21.00 horas. Cada día estarán acompañados por otros seis aventureros y contarán con el asesoramiento de dos pilotos de la organización. Pueden optar por mantenerse en el grupo o bien avanzar en solitario hasta la meta de la jornada.