Rafael Cuiña (Compromiso por Galicia) estuvo arropado ayer por sus tres socios de gobierno, Nicolás González Casares (PSOE), Lara Rodríguez Peña (APAC) y Francisco Vilariño (BNG). El cuatripartito quiso escenificar ayer su unidad de acción ante un logro largo tiempo aguardado. "Gracias al interés del gobierno y a la ayuda inestimable de la Diputación, la Ronda Este va a ser por fin arreglada. Se acabaron los debates, la política ficción; estos son los hechos", proclamó Cuiña, que lamentó que ni la Xunta ni el Estado hiciesen "el más mínimo movimiento", más allá de proponer un intercambio de titularidad viaria "inasumible" para el Concello. El regidor recurrió a una expresión de su rival político y antecesor en el cargo, José Crespo, para zanjar la refriega política a cuenta de la mejora del vial: "Lo que es medible no es opinable". También su teniente de alcalde destacó la "verdadera voluntad política" del Concello y la Diputación para solucionar el problema. Cuiña tiró de sarcasmo y anunció que, cuando esté terminada la obra, invitará a la conselleira de Infraestruturas y a la ministra de Fomento a la inauguración "para que vean que la actuación era más que necesaria y para que no sufran porque ya estará resuelto".