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El juez desencausa a responsables de Cocarga del caso que abocó al cierre al matadero de A Estrada

Sobresee las acusaciones contra el gerente y el encargado -Archiva las diligencias previas al no ver justificado el delito por el que se instruyeron

El Matadero Comarcal de A Estrada lleva muchos meses ya cerrado. // Bernabé / Javier Lalín

El magistado-juez del Xulgado de Primeira Instancia e Instrucción Número 1 de Padrón acaba de decretar el sobreseimiento provisional de la causa instruida contra responsables de la empresa Cocarga en relación con el asunto que, según destacó ayer el gerente de la firma, José Manuel López, abocó al cierre al Matadero Comarcal de A Estrada hace ya meses.

La cédula de notificación explicita que el juez decreta el sobreseimiento provisional de la causa y el archivo de las diligencias previas al no ver "debidamente justificada la perpetración del delito que ha dado motivo a la formación de la causa". El gerente de Cocarga confirmó ayer que tanto él como el encargado de la empresa ya han recibido la correspondiente comunicación en la que el juzgado les indica que han sido desencausados. Supone que lo mismo sucederá con el administrativo, que ayer, al ser consultado al respecto, ignoraba si era así pero no lo descartaba porque lleva varios días fuera de su domicilio y aunque le hubiese llegado la notificación podría no haberla visto todavía. Los tres habían sido imputados en el caso de la bautizada como Operación Cuatre con la que el Seprona de la Guardia Civil dio por desarticulada una red de cuatreros que presuntamente se dedicaba a robar ganado suelto en montes de A Coruña, Ourense y Pontevedra para después introducirlo en mataderos cárnicos sin control sanitario para consumo humano.

Entonces ante la Benemérita y meses después ante el juez del Juzgado Número 1 de A Estrada, los tres imputados -este era el término que se usaba entonces para lo que hoy serían investigados- defendieron su inocencia.

López reiteró lo que ya había dicho en marzo de 2015 a FARO: que la Guardia Civil había estado en el matadero, donde hacía tres o cuatro meses, según dijo entonces, habían sacrificado "seis caballos para un cliente que iba a ser importante, que nos iba a dar trabajo". Se había resuelto que esos ejemplares equinos "no eran aptos para el consumo humano". Agregó que entraron y salieron con la oportuna documentación y que el cliente, sin llegar a pagar el servicio del sacrificio, "desapareció". "Hay unos documentos de acompañamiento que los tiene que hacer el veterinario y está todo correcto", decía entonces, refiriéndose justo a continuación al segundo documento, de carácter contable, que es la factura del servicio realizado. Presuntamente, en ella "iba el sello" -porque sale impreso de la impresora- sanitario de consumo humano y "ahí la liaron", señalaba entonces, subrayando que ese documento solo tiene valor comercial. El "documento de acompañamiento no es una factura" sino "un documento" oficial, remarcaba. Además, hacía notar que "las canales iban identificadas para consumo animal". "Nosotros ni compramos ni vendemos. Lo único que hicimos fue un servicio a un tercero. Nos dijo que iba a ser mucho volumen. Al final sacrificó esas reses puntuales, desapareció y no pagó", decía entonces. Aunque siempre defendió que ocurrió "puntualmente, un día" para "nuestra desgracia", después el matadero sería inspeccionado en el marco de la Operación Cuatre contra la citada trama y gerente, encargado y administrativo serían imputados, si bien ellos siempre defendieron su inocencia.

"Esa desafortunada actuación de los señores del Seprona provocó el cierre de la empresa", asegura ahora López. "Los clientes más importantes" -grandes superficies- no quisieron "verse involucrados" y dejaron de darle trabajo. La empresa estaba "saliendo de un concurso". La pérdida de clientes dio al traste con esos planes. Cocarga entró en liquidación y el Matadero de A Estrada se vio abocado al cierre, con los consiguientes perjuicios para carnicerías y ganaderías de la zona. Aunque el Concello rescindió el contrato a principios de febrero de este año el matadero todavía sigue cerrado.

Satisfecho por la decisión judicial que le desencausa, López lamentaba ayer "el auténtico atropello" cometido. Señala que "la Justicia tiene que actuar cuando hay motivos y ser justa". Subraya que se perdieron 16 empleos y se pregunta cómo se resarcen eso ahora y también los elevados daños económicos y el honor mancillado de los ahora desencausados.

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