La Ruta BTT do Cocido de 2016 congregó ayer en Lalín a cerca de 170 ciclistas procedentes de distintos puntos de Galicia. Los participantes fueron en su mayoría de la comarca dezana,pero también hubo una nutrida representación de amantes del BTT venidos desde Lugo y la zona norte de la provincia de A Coruña. El alcalde de Lalín, Rafael Cuiña, fue el encargado de cortar la cinta en la línea de salida situada en la Praza da Igrexa bajo la atenta mirada de su cuñado, el primer teniente de alcalde, Nicolás González Casares, que formó parte del pelotón de la prueba.

El recorrido previsto de 45 kilómetros se vio este año endurecido por las lluvias caídas en los últimos días, que llenaron de barro las pistas por las que transcurrió una de las ediciones "más tranquilas", según informaron ayer varios miembros de la organización. Tal y como estaba previsto, desde las 07.45 horas los participantes recogieron sus respectivos dorsales para poder unirse al grupo que partió desde el centro de Lalín hacia distintos puntos de la comarca dezana.

Paisaje único

La ruta partió de Lalín en dirección a la Fraga de Catasós, donde los participantes pudieron admirar la enorme riqueza botánica de su entorno, así como su enorme belleza. El pelotón cruzó el principal afluente del río Deza, el Asneiro, y, después de pasar el Pozo Negro y subir a Puxallos, la comitiva de ciclistas recorrió uno de los tramos más interesantes de la Vía da Prata dentro de la comarca dezana. La ruta continuó por viejos caminos haría el valle del río Seixas, donde los participantes pasaron por una parte del municipio de Dozón. El pelotón de participantes en la Ruta do Cocido de 2016 disfrutó del tramo que discurre próximo a este río para subir hacia Seixas y regresar a Lalín, en esta ocasión por la parroquia de A Xesta, donde de nuevo pudieron recorrer un tramo del Camino de Santiago.

Una vez finalizada la ruta, los ciclistas repusieron fuerzas degustando un cocido en la comida de confraternidad llevada a cabo en el restaurante La Estación de Botos.