La inversión en cultura y educación en los concellos de la comarca se redujo a la mitad en los últimos cinco años. Pese a que la educación podría considerarse una competencia impropia -el Pacto Local sigue sin aplicar su filosofía tras varios años- este capítulo supone un importante esfuerzo para las administraciones locales, que el año pasado habilitaron más de 1,1 millones de euros. En Cultura, en las cuentas municipales se consignaron en los nueve municipios 1,4 millones. Así las cosas, los casi 2,6 que alcanza la inversión en educación y cultura son la mitad de los que habían invertido los ayuntamientos de Deza y Tabeirós durante el año 2011.
Dentro de la partida contable de cultura entran los gastos de mantenimiento de infraestructuras, personal, además de la financiación de las distintas iniciativas que se programan anualmente. También, y muy representativos, son los fondos que bajo este presupuesto específico son empleados en la financiación de fiestas. Los fríos números de las cuentas municipales indican que los nueve concellos de la zona destinaron hace un lustro casi 3,8 millones de euros en cultura, cuantía que descendió hasta los 1,4 el pasado ejercicio. En consonancia con estos datos, en líneas generales, la inversión en cultura por habitante mengua en algunos casos a la mitad.
Al margen de cuestiones circunstanciales como obras o proyectos concretos que hacen que estas partidas fluctúen, Lalín había invertido cinco años atrás 88 euros por habitante en servicios y propuestas relacionadas con el ámbito cultural. De los 1,8 millones de euros de entonces se pasó el ejercicio pasado a 961.245 euros, menguando la capacidad inversora por habitante a 48 euros.
Los 468.896 euros que constan en el presupuesto de Silleda de hace cinco años representaban un gasto por residente de 51 euros. Ateniendo a las cuentas prorrogadas con las que la administración local trabajó parte del curso pasado la diferencia es casi inapreciable, una vez que el gasto por habitante solo se reduce en un euro. Un caso singular es el de Vila de Cruces, donde la ratio de inversión por residente pasa de 37 a 39 euros en cultura, aunque la capacidad inversora apenas varía -se mantiene en torno a los 220.000 euros anuales- de ahí que este contexto deba entenderse por la caída poblacional experimentada en este municipio. Más recursos empleó Rodeiro el pasado ejercicio que cinco atrás, pues el gasto total pasó de 68.345 euros a los 91.800 que figuran en la última cuenta aprobada. Significativa es la caída en Agolada, que había empleado en infraestructuras y actividades culturales 93 euros por habitante y que ahora se quedan en solamente 23. Pasa de 273.160 euros a menos de 59.000. Dozón es claramente el concello que menos esfuerzo realizó en la promoción cultural un lustro atrás, con solo 8 euros por habitante. Esta cuantía se quintuplicó el pasado ejercicio. Pero conviene indicar que dentro de las cuentas de cultura entran las fiestas y de los 48.900 euros consignados el 30% son para iniciativas festivas. Este apartado supone en Lalín el 17% y el 19% en A Estrada. En la capital estradense las cuentas de cultura bajaron en este período y son 119.200 euros menos de los casi 600.000 aprobados hace cinco años. El gasto por vecino se recorta de 27 a 23 euros. En Forcarei la inversión bajó de 265.000 a 69.000 euros y de 31.600 a 14.000 en Cerdedo.
En educación Lalín ejecutó 315.000 euros, 53.000 más que un lustro atrás. En Silleda la inversión fue de unos 170.000 y 148.345 euros en Vila de Cruces. En Rodeiro el gasto casi no varía y ronda los 45.000 euros y en Agolada cae de 165.000 a 42.6000. Y Dozón, en educación, pasó de 14.400 euros a solo 8.000 (7 por habitante). Si en Lalín los fondos subieron, en A Estrada bajaron de 677.300 a 660.400. En Forcarei el gasto por vecino se incrementa de 16 a 26 euros. Los 1.000 euros de Cerdedo son 700 menos que los aprobados hace un lustro. Tanto entonces como ahora la inversión en educación por habitante no alcanza más que un euro.
