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Una puerta siempre abierta

Más de diez personas sin hogar acuden cada mes a Cáritas A Estrada en busca de un lugar para dormir

Imagen tomada por una vecina de A Estrada con dos personas sin hogar durmiendo en un cajero.

No se trata de un problema nuevo pero en los últimos años la situación y el número de transeúntes sin hogar que pasan por el municipio estradense ha ido en aumento. Cada vez es más habitual ver a personas pidiendo una limosna en las calles más céntricas. Muchos de ellos son gente de paso, que carece de un lugar en donde poder dormir. Con la llegada de la noche buscan un sitio en el que guarecerse. Muchos de ellos se encuentran con la Policía Local o la Guardia Civil, que los lleva a la entidad que se encarga de darles acomodo y protección durante al menos una noche. "Nosotros les damos una cena, alojamiento y al día siguiente les pagamos el transporte. Principalmente se marchan hacia Santiago de Compostela, Caldas de Reis, Pontevedra e incluso Lalín", explica el presidente de la entidad sin ánimo de lucro estradense, José Manuel Vázquez.

Cabe recordar que hace años este servicio altruista lo realizaba el propio Concello de A Estrada. La edil de Servizos Sociais, Amalia Goldar, recuerda que en su día se optó por firmar un convenio de colaboración con Cáritas para que fuesen ellos los que los gestionasen. "Antes lo llevaba directamente el Concello pero era problemático porque muchas veces tenían que ser los propios policías los que tenían que acomodar a las personas. Al final se firmó este convenio con Cáritas. Nosotros les damos una ayuda económica y algún apoyo puntual en el tema de la instalaciones", explicó la concejala.

El responsable de Cáritas por su parte apuntó que, desde que han asumido la gestión de esta oferta, son muchas las personas que llegan de una u otra manera a su puerta en busca de ayuda. Vázquez explicó que estos transeúntes sin hogar son más habituales en los meses de verano, cuando el calor les permite moverse sin el peligro de las bajas temperaturas. Según las estimaciones que barajan desde la entidad, cada mes reciben entre diez y quince personas sin hogar.

El dirigente explicó que gran parte de estas personas se van moviendo en busca de un trabajo y de comida. Algunos sin embargo ya llevan tanto tiempo en esa situación que han terminado por acostumbrarse a ese tipo de vida y cada vez buscan con menos ahínco una reinserción por medio de un trabajo. Vázquez señaló que en ambos casos la situación es opuesta según las condiciones climatológicas. "En verano incluso llegan a dormir en los bancos pero en invierno es más complicado. A veces incluso son situaciones peligrosas por el frío", apuntó.

Cada una de estas personas que acuden a Cáritas pueden pasar una noche a cobijo, o bien en el Hospedaje Bouzada o en el Don Juan. Normalmente se les invita a una noche, aunque el propio Vázquez reconoce que surgen casos especiales en los que se puede prolongar el tiempo de hospedaje. Es el caso de mujeres con niños. "Son casos especiales en los que su movilidad es más complicada, así que a veces somos más permisivos y les dejamos quedarse dos o tres días. En esos casos nos interesamos también por saber hacia dónde van y sus planes para ver si podemos ayudar", manifestó.

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