Unanimidad hubo, como era previsible, en el proceso de declaración de la Feira do Cocido como fiesta de interés turístico internacional. Cuiña, que había presentado la iniciativa de acuerdo plenario con Crespo, pidió que este evento se dejase al margen de los rifirrafes políticos y las intervenciones de gobierno y oposición fueron una balsa de aceite. Francisco Vilariño detalló que además del acuerdo plenario era preciso que la Xunta -Dirección Xeral de Turismo- respaldase la petición y pidió al PP que tratase de agilizar la reunión con Nava Castro, "porque si algo no me caracteriza es la paciencia". El anterior responsable municipal de Turismo José Antonio Rodríguez aseguró que los méritos cosechados por el Cocido en los últimos años suponen que las exigencias para su catalogación como fiesta internacional se puedan multiplicar por cuatro e hizo hincapié en que los sucesivos gobiernos locales del PP nunca vieron al Cocido como una herramienta política, sino como un recurso básico para la economía y la difusión del territorio lalinense.

Por otro lado, pidió que se negociase con el Xacobeo un espacio expositivo en el Pazo de Liñares. Vilariño aceptó la iniciativa, a la espera de que la administración autonómica asuma en este caso infraestructuras necesarias para su puesta en marcha.