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Asociación de municipios

Los alcaldes dezanos descartan iniciar el plan de fusión comarcal planteado por Rafael Cuiña

La pérdida de identidad o la buena salud financiera de sus concellos son algunos argumentos que echan atrás a los regidores -El primer edil lalinense anuncia contactos con la Xunta y una convocatoria entre sus homólogos

Los mandatarios dezanos, en Lalín, en una reunión sobre un plan provincial de residuos. // Bernabé/Gutier

Los alcaldes de los municipios dezanos descartan un proceso de fusión como herramienta para lograr un concello único. Si hace más de una década los mandatarios dijeron no a la propuesta del político lalinense José Crespo (PP), ahora la respuesta a su sucesor, Rafael Cuiña (Compromiso por Galicia), es prácticamente idéntica. La integración de Lalín, Silleda, Vila de Cruces, Rodeiro, Agolada y Dozón en una única administración local no tiene visos de fraguarse ni a medio ni a largo plazo. La totalidad de los regidores desestima la propuesta lanzada por Cuiña anteayer a raíz de la fusión de Cerdedo con Cotobade. Los motivos que se alegaron años atrás se asemejan mucho a los esgrimidos ahora: Pérdida de identidad social y de autonomía en la gestión o la negativa a que los escudos de armas de cada territorio puedan quedar difuminados. El no es rotundo y no distingue colores políticos, pues la contundencia de Silleda (gobernada por el PSOE) es compartida por los cuatro alcaldes del PP (Vila de Cruces, Rodeiro, Agolada y Dozón), que hacen así oidos sordos a las aspiraciones de su jefe de filas y presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo.

En el guante lanzado por Rafael Cuiña se hacía referencia explícita a Dozón; un ayuntamiento que apenas rebasa el millar de habitantes y del que el regidor lalinense dijo que quizá en pleno siglo XXI no tenía razón de ser por su escasa entidad. Cuiña insistió en que con esta idea recogía la propuesta en su momento por el alcalde Crespo y que el proceso de integración podría comenzar a estudiarse, siempre sin que los demás concellos perdiesen identidad. El veterano primer edil de Dozón, Adolfo Campos, alega que con un procedimiento como este su municipio quedaría como un simple área rural. "Recuerdo que se planteara con Manuel Fraga en la Xunta y entonces se decía que era algo voluntario. Ni yo ni el entonces alcalde de Agolada, Manuel Costa, lo aceptamos", dice. Campos entiende que la ciudadanía de Dozón no aceptaría una asociación con Lalín, zanjando así cualquier posibilidad a una fusión.

Igual de tajante que Campos se muestra el alcalde cruceño, Jesús Otero, ya muy crítico con Crespo hace años por su propuesta. Otero asegura que Vila de Cruces no tiene "necesidad" de sopesar ni siquiera la idea por varias razones. Alude a la buena salud financiera del ayuntamiento y duda de los beneficios que una unión pudiese traer. "El dinero se reparte en función de la población y casi da igual tener 3.000 ó 6.000 vecinos. ¿Habría más dinero para repartir? Tendríamos aquí un hospital?", aduce. "Los que quieran ir en amor y compañía en fusiones allá ellos y ellos sabrán qué razones tienen, en las que no entro, pero Vila de Cruces va a seguir existiendo muchos años". Tampoco cree Otero que se den las circunstancias para plantear fusiones y reitera que no es una prioridad. En todo caso un proceso de esta dimensión, dice, no se tomaría sin realizar una consulta a modo de referéndum entre los cruceños. "A lo mejor en 20 años podría ser", concluye.

El regidor de Rodeiro, Luis López, es quizá el que exponga unos razonamientos que van más allá de la cuestión identitaria. Explica que las fusiones pueden ser una herramienta útil, aunque nunca dentro del actual marco legal. Así, expone que no está clara la manera en la que los concellos verían incrementados sus ingresos o servicios. "Puede ser algo válido si se cambiase el marco legal, pero como están las cosas ahora bajo ningún concepto". A su juicio, Rodeiro tiene probada su solvencia económica y, como Otero, entiende que un proyecto de este calado pasaría por una consulta ciudadana. "En mi caso los vecinos no serían los últimos en enterarse", declara.

Ramiro Varela es otro de los que no duda de la eficacia de las fusiones, sobre todo en términos de "rentabilidad económica". Desvela que cuando Crespo dio a conocer su estudio, en Agolada se habían hecho sondeos entre los vecinos "y la gente no estaba de acuerdo". Dice que vecinos de aldeas como Brocos o Ramil, muy alejadas ya de la actual capital municipal quedarían desatendidas, "y todos reconocen que somos los concellos pequeños los que más atendemos a las aldeas". Dice que se debe "a la gente" y sin su visto bueno no haría nada en este sentido.

Rafael Cuiña, por su parte, adelantó ayer su intención de trasladar a la Xunta un posible proyecto de integración. También es favorable a que todos los alcaldes dezanos se reúnan para analizar con calma la idea. Apuesta por convocar un encuentro con todos sus homólogos.

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