Pasadas las 7.45 de la mañana partía desde Gondomar una expedición compuesta por 61 integrantes que buscaban conocer algunos de los atractivos de la comarca. Organizada por el Instituto de Estudos Miñoraos esta visita se centraría en el poblado minero de Fontao (Vila de Cruces) y el monasterio de Carboeiro (Silleda), todo ello disfrutando del paraje natural de la zona. Es la segunda ocasión en la que el colectivo fija su destino en tierras dezanas, después de que en el mes de diciembre visitase los pendellos de Agolada.

El poblado minero centró su actividad durante toda la mañana. El exdirector del Museo de la Minería, Diego Casal, acompañó a los participantes durante su trayecto ofreciéndoles detalles claves para comprender y apreciar este icono de arquitectura contemporánea industrial ya en el autobús, a modo de introducción y que se complementaron una vez en Fontao. El recorrido les permitió descubrir cómo se organizaban las viviendas jerárquicamente por el rango de trabajo de sus ocupantes, también visitaron la antigua escuela, el campo de fútbol, la iglesia y el cine, que ahora forma parte del Museo da Minería. Su estancia en Fontao se completó con una ruta de senderismo para alcanzar la cima del Coto Gurugú, "donde tuvimos unas vistas espectaculares de la mina y del río Deza", explicaba ayer el organizador de esta excursión, Pablo Casal.

El grupo disfrutó de un almuerzo en un restaurante de Merza y poco después iniciaría una caminata desde el lugar para llegar al cenobio de Carboeiro a través de la antigua ruta tradicional que comunicaba ambos puntos. Una vez allí gozaron también de las explicaciones ofrecidas por la guía del enclave monacal. La experiencia concluyó ya caída la tarde y desde Merza iniciaban el camino de regreso a Gondomar.

La ruta, que completó el aforo ofertado por la entidad, cosechó un gran éxito entre los asistentes. La mayoría destacaba el atractivo del poblado minero como un icono contemporáneo de arquitectura industrial. "Acostumbramos a realizar rutas centradas en el románico u tros estilos más clásicos de arquitectura este cambio ha resultado atractivo a los participantes", explicaba el promotor. Los asisntentes también subrayaban la riqueza paisajística de la zona que permite combinar naturaleza y patrimonio arquitectónico.

Tras dos rutas en la comarca, el colectivo no tiene previsto, a corto plazo, realizar nuevas expediciones en la zona puesto que tiene ya fijadas otras citas en Portugal para los próximos meses.