Medio centenar de personas acudió ayer a las primeras jornadas técnicas Ensilado de Millo que tuvieron lugar en el nuevo laboratorio de Mouriscade. La diputada delegada de Finca Mouriscade, Eva Vilaverde, fue la encargada de inaugurar el evento, y lo hizo refiriéndose a que la relevancia que cobra de forma progresiva el maíz forrajero en la alimentación se debe a que el cambio en la producción de leche supone una mejora en la alimentación y también en la gestión de la granja. "En la comarca, el maíz es fundamental", y ello queda demostrado en que en Finca Mouriscade se siembran 10.000 muestras de maíz forrajero.

Fue María Hermida, la jefa de servicio de Finca Mouriscade, quien incidió en el papel del silo de maíz como nutriente. En estas dependencias de Mouriscade el año pasado se analizaron 9.984 muestras de maíz forrajero. Indica que "el valor del almidón mejoró en el ensilado del maíz; hay una preocupación por cultivar maíz en detrimento de los silos de pradera". Fue el catedrático de Producción Animal de la Universidad Autónoma de Barcelona, Sergio Calsamiglia, quien ofreció la primera conferencia de la jornada abordando el papel del silo de maíz como fuente de almidón en el vacuno lechero. El experto señala que es a partir de 2001 cuando comienzan a fijarse los porcentajes de almidón idóneos en las dietas de los animales, algo que ya estaba establecido desde hace años para grasas y fibra. A día de hoy, es habitual ver raciones de comida con entre un 25 y un 27% de almidón. Este elemento es esencial para el animal porque aporta energía para la flora microbiana ruminal y las bacterias, con el almidón, ingieren mayor cantidad de materia seca.

Puede aplicarse almidón al rumen -donde el aprovechamiento es del 80%- o en el intestino delgado, mientras que en el intestino grueso ese aprovechamiento baja al 62%. Calsamiglia precisa que las dietas de vacuno lechero precisan altos niveles de almidón, porque quizá una parte de éste se pierde en las heces, una cuestión habitual porque el tránsito de los animales de alto rendimiento es más rápido. Recomienda que se aplique maíz procesado (con los granos rotos) en copos o en silo, y recuerda que se pueden producir casos de acidosis al abrir un silo nuevo. El maíz procesado mejora, de media, un 5% la digestibilidad del almidón. Precisa que tanto con el almidón como con la enzima amilasa aumenta la producción de leche.

La jornada se completó con una ponencia del responsable del proyecto de nutrición animal del grupo Limagrain, Benoist Delord. Este experto abordó la digestibilidad del ensilado de maíz para una mejor eficacia alimentaria.